Sohail Abbas se rinde

Si Pakistán es al hockey lo que Brasil al fútbol, su central, Sohail Abbas, es a los penaltis-córner lo que Ronald Koeman era a los tiros libres. A tal punto pesa el tiro de precisión de Abbas en el equipo asiático que, si el árbitro no le pita un penalti-córner a favor, sus posibilidades de victoria se minimizan. Pesa tanto que los equipos que se enfrentan a Pakistán se entrenan a conciencia para evitar cometer faltas. Eso le pasó a España estos días. Sus jugadores prepararon el partido de ayer con mucho cuidado, procurando no alterar al árbitro, como esos cazadores que se internan en la selva intentando por todos los medios no romper la rama que despierte al tigre. En este caso, a la serpiente. "Abbas", dice Kiko Fàbregas; "es La Cobra de Islamabad".

Por cuestiones rítmicas, los aficionados españoles al hockey y los propios jugadores han localizado a Abbas en una ciudad que no es la suya. El ídolo nacional de Pakistán nació en Karachi, en 1977, y su escasa habilidad con el palo nunca hizo pensar que haría historia. Al contrario que la mayoría de los niños pakistaníes, Abbas no hacía virguerías. Jugaba de central y pasaba sin pena ni gloria hasta hace diez años, cuando le dio por mirar unos vídeos del célebre tirador holandés Bram Lomans ejecutando su técnica de flick. Sus colegas le decían: "¿Pero qué haces jugando al hockey solo, al rayo del sol, golpeando cien bolas por día? ¿Estás loco?". Hoy Abbas le pega a la bola con una fuerza y una precisión desconocidas en el mundo. Suma 255 goles en 207 partidos internacionales y está a punto de batir el récord de 267, del holandés Paul Litjens.

"No esperábamos que España jugara tan bien", se lamentó Abbas, muy taciturno, mientras los cientos de ruidosos hinchas pakistaníes se retiraban del estadio en silencio, algunos con llamativos turbantes. España humilló a Pakistán con cuatro goles de campo, tres de Tubau, y sólo recibió un penalti en contra en el último minuto. Abbas lo falló. El equipo estuvo impecable en la defensa, supo aguantar la presión y remató el encuentro con serenidad. El técnico, Maurits Hendricks, sólo vio una pega: "Muy pocos equipos saben mantener su portería a cero contra Pakistán. Pero con este rendimiento en los penaltis-córner [siete pitados, siete fallados] no pintamos mucho en una semifinal". Sólo una sorpresa impediría la clasificación de España, el lunes, contra la débil selección de Egipto.