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Los herederos de Mihura

Marcos Ordóñez

¡PELIAGUDA CUESTIÓN la de los herederos (artísticos, por supuesto) de Miguel Mihura! Podría rastrearse su impronta de "humor y melancolía" en algunos de sus coetáneos (Víctor Ruiz Iriarte, Carlos Llopis y Jaime Salom, entre otros) así como en el primer Alonso Millán, aunque, para mi gusto, quien mejor siguió su estela, con mayor talento y aprovechamiento, fue el glorioso Armiñán televisivo de Fábulas, Del dicho al hecho y Suspiros de España, entre otras series modélicas. En la actualidad, el péndulo que parece marcar los designios del teatro español parece haberse desplazado de la Gran Vía hacia las tierras del Noreste. De unos diez años a esta parte han brotado en Cataluña y Valencia unos cuantos dramaturgos jóvenes que cultivan sin prejuicios un género tan poco fashionable como es el de la comedia. Abrió fuego a mediados de los noventa el levantino Carles Alberola con piezas como Currículum, Querida Anuchka y la mihurianísima Mandíbula afilada, mientras en Barcelona, por similares fechas, se daba a conocer Jordi Sánchez con Kràmpack, seguida por Fum, fum, fum y, en compañía de Joel Joan, la vitriólica y millonaria Excusas. En la actualidad, dos reyes de la comedia agridulce han trepado a ese podio: el prolífico Jordi Galceran (cuya pieza más cercana a Mihura sería, Dakota, presentada en el Albéniz esta temporada, y que en septiembre estrena la espléndida El método Grönholm en el Marquina) y un joven autor, Albert Espinosa, más amable que Galceran aunque igualmente tentacular, que pronto dará que hablar en los escenarios de toda España: se dio a conocer con Los pelones, la función que Antonio Mercero llevó al cine con el título de Planta cuarta, y lleva estrenando una obra por año desde entonces, con éxitos como Tu vida en 65 minutos, No me pidas que te bese porque te besaré y El club de las pajas, en las que, detalle mihuriano, se reserva siempre, como actor, el rol de un personaje -amigo gruñón, contrapunto ácido- que parece una versión contemporánea del Armando de Ninette y un señor de Murcia.

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