Cinismo y supervivencia

Producción gallega, ópera prima centrada en el universo de los jóvenes recién licenciados que aspiran a encontrar su primer trabajo, El año de la garrapata es una cínica, desinhibida y muy conservadora comedia para consumo juvenil, un descarado llamado a vivir del momio para seguir viviendo, engañar a novias y amigos, ejercer de machitos autosuficientes y otros valores de este tipo.

Es posible que la intención del director, Jorge Coira, y de su guionista, Carlos Portela, no fuese estrictamente la que se deriva del comportamiento de sus descerebrados, siniestros personajes que aparecen en la película. Pero han olvidado, por el camino, el menor elemento de crítica hacia sus comportamientos, generalmente premiados con la consecución de los deseos de tan peculiares protagonistas.

No contiene ningún elemento que la aleje del más convencional mensaje neoconservador, ningún destello de una escritura peculiar, más allá del socorrido recurso de mezclar, en ocasiones, falso documental y estructura de ficción. Y por destacar, sólo se salva el buen hacer de los actores, que hacen lo que pueden con sus malsanas criaturas que les tocaron en suerte.