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Reportaje:Atenas 2004 | LA LEYENDA DE LOS 10.000 METROS Y LA LACRA DEL DOPAJE

Más sombras sobre Kenteris

Un diario de EE UU afirma que los laboratorios Balco suministraban THG al entrenador del velocista griego y de Ekaterina Thanou

Las rocambolescas peripecias de los velocistas griegos Kostas Kenteris y Ekaterini Thanou, excluidos de los Juegos por eludir un control, continúan y acumulan nuevos y sorprendentes datos: su accidente fue mentira y están supuestamente relacionados con el caso Balco, el laboratorio estadounidense inventor del anabolizante indetectable THG.

El pasado día 12 dos oficiales de la agencia antidopaje llegaron a la Villa Olímpica y mostraron una tarjeta con dos nombres: Kenteris y Thanou, atletas griegos de prodigiosas prestaciones en las grandes citas -él fue campeon de los 200 metros en Sidney 2000 y ella fue segunda en los 100 metros. Aguardaron su llegada, pero los dos, por segunda vez en pocos días, habían desaparecido. La siguiente noticia de los dos velocistas fue que habían tenido un accidente de moto juntos. Kenteris yacía en una cama de un hospital con un collarín sujetándole la nuca. El día 18 ambos se adelantaron a su exclusión, evitando así una sanción del COI, y entregaron "voluntariamente" sus credenciales, que se pasearon por las portadas de los diarios.

El accidente de moto fue un montaje. Los dos supuestos testigos "no resultan creíbles"

Ayer, día 19, altas fuentes judiciales griegas filtraron que el accidente fue un montaje. Los presuntos testigos, dos, "no resultan creíbles". Ayer, día 19, se estableció, según el diario californiano San José Mercury, una relación entre los laboratorios Balco, los fabricantes y distribuidores del THG, y Kenteris y Thanou: Víctor Conte, el cerebro del mayor escándalo por dopaje de la historia -un caso que afecta a atletas de la talla del plusmarquista mundial de los 100 metros, el estadounidense Tim Montgomery-, se carteó en 2002 con un entrenador griego. Ese técnico parece ser Christos Tzekos, el preparador de Kenteris y Thanou. Ayer, día 19, se supo que la Oficina Pública de Farmacia griega impuso a Tzekos una multa en 2003 por poseer anabolizantes importados a Grecia de manera ilícita. Ayer, día 19, la policía se apresuró a desalojar la sede de la Federación Griega de Atletismo: había recibido un aviso de bomba. Sin embargo, lo que encontraron en el edificio fue un saco con carne picada, unas jeringuillas y un papel con un texto de denuncia del dopaje.

Unas novedades muy relacionadas entre sí. El accidente fue una "burda maniobra" para justificar la huida de la Villa Olímpica. Los dos atletas se hirieron a sí mismos levemente para tratar de dar credibilidad a su historia y adujeron tener dos testigos: uno de ellos les habría ayudado y trasladado al hospital. Pero el fiscal ha considerado que la versión de Kenteris y Thanou está "llena de contradicciones".

Mucho antes de tener que recurrir al simulacro de accidente, Conte y el entrenador de Kenteris y Thanou, Tzekos, se mandaban correos electrónicos. En uno de esos mensajes, ahora bajo secreto de sumario, Conte advierte a su interlocutor de que se ha descubierto un sistema para detectar el hasta entonces "invisible" THG y le insta a que nadie "sea encontrado positivo".

Una advertencia en la que había dos nombres propios borrados -supuestamente, los de Kenteris y Thanou- y que justificaría la actitud esquiva de los dos atletas griegos, y no sólo en estos Juegos. Kenteris y Thanou apenas participan en competiciones durante la temporada y tan sólo intervienen en los grandes eventos.

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