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Columna
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O de ozono y olimpiada

De pronto, los políticos se han dado cuenta de que el aire existe para algo más que para agitar sus banderas; han descubierto también que dentro del aire vive la contaminación y que separarlos es tan difícil como separar a una serpiente de su veneno. Y todo gracias a los Juegos Olímpicos que podrían celebrarse en Madrid en el año 2012. El problema es éste: la calidad del aire de la ciudad y el incremento de la contaminación por ozono troposférico, agudizada por los gases tóxicos de las fábricas, los aerosoles, la circulación demencial, la falta de árboles y el exceso, en esta época, de aparatos de aire acondicionado, son muy parecidas a las de Atenas, y algunos de los deportistas que compiten estos días en la capital de Grecia ya se han quejado de los niveles de contaminación que sufre la ciudad. De modo que el Comité Olímpico Internacional (COI) piensa endurecer sus exigencias medioambientales de cara al futuro y cualquier ciudad que pretenda ser la sede de unos Juegos va a tener que ofrecer un aire limpio a los atletas, además de ofrecerles estadios, hoteles y aeropuertos. Ése es el problema, pero también podría ser la solución. Sólo si se afronta sin miedo y de verdad. Ya saben que el Madrid del año 2012 sólo será de dos maneras: o limpio o sin olimpiada.

El alcalde Alberto Ruiz-Gallardón es consciente de que las esperanzas olímpicas de la capital dependerán en gran medida de sus condiciones ecológicas, y por eso se ha lanzado a prometer zonas verdes casi amazónicas y a jurar sobre siete biblias que, a la hora roja de los ladrillos y las hormigoneras, "el cuidado del medio ambiente se va a poner por delante de cualquier otro parámetro económico", porque, ya mismo, "todos los proyectos estarán supeditados al medio ambiente" y "de aquí al 2012, impondremos que Madrid sea una ciudad no contaminada". Bueno, pues entonces, se supone que el alcalde tomará medidas drásticas contra los dos grandes enemigos del medio ambiente, que son la especulación inmobiliaria y el tráfico. ¿O piensa regatear al COI con dos discursos sonoros y media docena de matorrales?

Por ejemplo, Ruiz-Gallardón podría empezar a cumplir las promesas que hizo sobre la Casa de Campo, donde iba a haber una reducción drástica de la circulación que se quedó en una simple frase de un discurso. Las restricciones del tráfico han sido escasas, la prostitución en la zona no sólo no ha descendido sino que, según los datos que acaba de dar el portavoz socialista del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Santín, ha ido en aumento; lo cual, entre otras muchas cosas, hace crecer el número de vehículos que invaden zonas verdes y de protección ecológica, destrozando amplias zonas de este parque. Eso sí, desde el Ayuntamiento se ha asegurado que, a fin de garantizar el respeto al medio ambiente de la candidatura Madrid 2012, se prevé utilizar masivamente las energías renovables y plantar árboles, arbustos y cubiertas vegetales que compensen las emisiones de CO2. ¿Y salvar la Casa de Campo de su destrucción no sería también una buena idea?

Como segundo ejemplo de lo distintas que son las palabras solemnes de los hechos mezquinos, se puede comparar lo que iba a ser el nuevo Palacio de los Deportes de Madrid y lo que va a ser: iba a ser una auténtica selva y, al final, se han perdido más de 5.000 metros cuadrados de las zonas verdes que rodeaban el antiguo edificio incendiado en junio de 2001. El Ayuntamiento dice que esa pérdida se compensará con un Mato Grosso urbano que va a plantarse en unos terrenos del Canal de Isabel II, entre las calles de Cea Bermúdez y Bravo Murillo. Pero, de momento, eso es lo que hay: 5.000 metros cuadrados verdes menos. Parece que los atletas de los Juegos Olímpicos de 2012 empiezan a correr hacia atrás.

Y queda otro enorme obstáculo que el Ayuntamiento deberá saltar, que es el proyecto de edificación, en Valdemingómez, de la central térmica de ciclo combinado que pretenden levantar las empresas Repsol y Sufisa y cuyas chimeneas devorarían el cielo de la ciudad hasta tal punto que es sencillo darse cuenta de que si ese edificio se construye, las aspiraciones olímpicas de Madrid se destruirán.

Creo que muy pronto sabremos si las Olimpiadas del año 2012 se van a celebrar en Madrid: no habrá más que mirar a esos tres sitios en los próximos meses, a la Casa de Campo, a los terrenos del Canal de Isabel II y a Valdemingómez. Si los juntas, esos tres sitios forman una bola de cristal. ¿Sabrá el alcalde leer en ella el futuro?

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