"Mi personaje es misógino, antipático y alcohólico"
ET, Alf, Alien... y Jorge Sanz. El actor (Madrid, 1969) pronto engrosará la nómina de extraterrestres famosos gracias a El inquilino, la nueva serie de humor de Antena 3. El intérprete de Amantes, Cha, cha, cha o Belle époque vive volcado en los últimos tiempos por y para la televisión. Tras varias apariciones como artista invitado en Hospital Central (Tele 5) y Un paso adelante (Antena 3) le llega la hora del papel protagonista acompañado por un reparto encabezado por Pilar Bardem, Luis Valera y los ex reporteros de CQC Pablo Carbonell y Javier Martín. Paco Arango (¡Ala... Dina!) es el ideólogo de esta telecomedia, que narra las peripecias de un marciano perdido por Madrid. Por su constitución sólo puede sobrevivir en la atmósfera de la Tierra 24 horas. La única solución es encontrar un cuerpo que pueda ocupar hasta que vuelvan a rescatarle. Y el humano que encuentra a su paso es precisamente Leo Montes (Jorge Sanz). La grabación de El inquilino comenzó el "28 de junio", precisa Sanz, y se emitirá en septiembre en una fecha aún por decidir. También en septiembre dentro del Festival de San Sebastián se estrenará su última película, Lobo.
R. Estoy encantado. El personaje de Leo Montes que me ha preparado Paco Arango tiene un gran potencial creativo. Leo es un escritor de éxito, pero en su vida privada es un horror: misógino pero mujeriego, antipático, alcohólico, egoísta...
P. No me diga más, el extraterrestre es todo lo contrario.
R. Pues sí. Chubi, el alienígena bueno, porque hay otro malo, Hans, es todo lo opuesto a Leo: honesto, simpático, solidario, amable... Así que cuando ocupe mi cuerpo se producirán situaciones contradictorias y muy marcianas.
P. Los efectos especiales son una parte fundamental de la serie, que mezcla a los actores reales con los personajes virtuales. ¿Ha resultado compleja la grabación?
R. Más que compleja me ha parecido divertidísima. Y sí, los efectos especiales y la infografía son un elemento muy innovador. Hay escenas estupendas que han sido diseñadas con la tecnología más vanguardista.
P. Por ejemplo.
R. El marciano a veces se imagina expresiones típicamente humanas, como: "Tengo la hora pegada al culo". Entonces se figura a sí mismo con un gran reloj adosado al trasero.
P. Aunque paguen menos, el cine compensa más que la televisión. Son palabras suyas. ¿Qué le ha hecho cambiar de opinión?
R. Me he criado y crecido en el cine, y ahora viene una racha televisiva. Además, tampoco están los tiempos para desdeñar ofertas.
P. ¿Quiere eso decir que incluso para usted, que ha sido uno de los actores más mimados, también ha llegado la sequía?
P. Esta absorbente profesión va por épocas. La verdad es que he sido uno de sus galanes más recurrentes [risas]. Actualmente, el cine español se debate entre el arte y la falta de dinero, aunque se siguen haciendo películas con más o menos presupuesto.
P. El año pasado debutó en el teatro con una adaptación del cineasta Gonzalo Suárez de la clásica obra Arsénico por compasión. ¿Cómo fue la experiencia?
R. Fue tan fantástica que voy a repetir. Ahora mismo estoy preparando junto a Amparo Larrañaga la obra Pequeños crímenes conyugales, del autor francés Eric Manuel Smith. Este trabajo lo compaginaré con la grabación de El inquilino.
P. Cine, teatro, televisión... Sólo le falta subirse encima de un escenario a cantar.
R. Ah, eso no. Soy consciente de mis propias limitaciones.
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