Hondura y verdad de Ainhoa Arteta, Corella y Carlos Mena en Santander
El Festival Internacional santanderino ha ensayado una suerte de concierto interdisciplinar protagonizado por intérpretes de alto vuelo: la soprano guipuzcoana Ainhoa Arteta, los bailarines Carmen y Ángel Corella y los pianistas Rubén Fernández y Vladislav Bronevetzky. Todos ellos hicieron arte de verdadera selección en el escenario de la Sala Argenta pues las obras seleccionadas, y aparentemente tan diversas, encuentran secretos hilos de fusión.
Cantó Ainhoa con preciosismo y una expresividad más noble porque evita siempre la exageración; entonces, los mensajes de Sarti, Respighi o Part se enhebran por la lógica de los niveles de calidad. Así cobraba realidad la juntura de Chopin, Satie, Ligeti, Puccini o Bizet. Y por si tal retablo de maravillas fuera insuficiente, Arteta y los Corella nos regalaron El cantar del alma de Federico Mompou sobre los versos de San Juan de la Cruz. Sólo por escuchar a Ainhoa esta música pura y honda y por seguir la gestualidad y la danza interiorizada de Corella habría merecido la pena este concierto tan amigo de la verdad como separado de la espectacularidad. Un giro, una cadencia, vale tanto como un movimiento gestual, y unidos al sonar tenue y perdurable del piano de Mompou pueden impactar con su belleza a una amplia audiencia.
Sonidos y coreografía envueltos en emociones sutiles nos trajeron la habanera de Ravel después de que el arte de Arteta deslizara hacia nuestro ánimo la gris melancolía de Duparc en contraste con la acentuación quebrada y popular del moderno Ligeti, casi una metáfora para Corella. El éxito fue grande y digno de recordación y continuidad, pues la fórmula admite muchas variantes siempre que se cuente con intérpretes tan fuera de serie como los de ahora.
La noche anterior, el Palacio de Festivales abrió sus puertas a la Orquesta Barroca de Sevilla de la que es director y concertino Antón Steck, nombre en circulación dentro de la música de los grandes barrocos: Händel, Vivaldi o Avison, en sus recreaciones sobre Domenico Scarlatti. Con el ya prestigioso grupo sevillano se hizo aplaudir largamente el contratenor Vitoriano Carlos Mena, excelente en la técnica vocal y en el dominio de los estilos.
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