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Reportaje:Atenas 2004 | Balonmano. España debuta mañana contra Corea a las 8.30

"Hay que divertirse, no desquiciarse"

La selección de César Argilés afronta entre confiada y excitada un grupo "diabólico" por la calidad de los rivales

Atenas

"Llegamos a punto para afrontar un primer partido que despierta ciertas expectativas más por el horario (8.30 horas de mañana, sábado) que quizá por el rival". César Argilés, seleccionador español de balonmano, se siente especialmente excitado ante la cita olímpica. Atenas le brinda una oportunidad única para entrar en la disputa de las medallas y sacarse de encima su asignatura pendiente después de un largo ciclo al frente del equipo. Hasta ahora nunca ha logrado subirse al podio: ni en el Europeo, ni en los Mundiales, ni mucho menos en los Juegos Olímpicos.

"Hemos estado trabajando bien, buscando las sensaciones que da la competición, implantando los conceptos básicos del juego, recuperando a todos los jugadores del desgaste físico acumulado y estamos dispuestos para el estreno", expone, como declaración de intenciones, el seleccionador. España, por lo demás, es superior a Corea. "Hay que tener en cuenta dos condicionantes", precisa Argilés. "Al primer partido, todos los equipos llegan con las aspiraciones intactas y bien preparados físicamente y, además, Corea cuenta con algunos jugadores interesantes, como el zurdo Wom y el diestro Paok, grandes lanzadores que compiten en las ligas europeas, tiene buenos cambios de ritmo y estarán frescos. Son batibles, pero yo hubiera preferido enfrentarme a ellos cuando ya hubieran perdido algunos partidos. En Sidney, por ejemplo, tuvieron en jaque a Yugoslavia en el primer partido, tanto que perdieron por un gol de diferencia por culpa de una decisión arbitral".

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Y es que pasada Corea, todo se complica, por el calendario. "La primera fase es diabólica para nosotros", insiste Argilés. "Por el nombre de los rivales es como si nos fuéramos a dar una pequeña vuelta por Europa: Islandia, Rusia, Eslovenia y Croacia. Va a ser muy duro". "Hay muchos equipos que aspiran a lo máximo, y entre ellos nosotros", añade. "Nuestra ambición no tiene límites. Hay que entregarnos a fondo en cada partido, vaciarnos y disfrutar, sin pensar tanto en ganar una medalla, porque si lo hacemos acabaremos desquiciados. Todos pensamos que no habrá ningún equipo imbatido en la primera fase. Después, en los cruces de cuartos de final y semifinales cualquier rival es durísimo. Para mi hay ocho equipos capaces de ganar: Rusia, campeona olímpica; Croacia, Alemania, Francia y España también me parecen sólidas y con opciones; Hungría está obteniendo grandes resultados, con la aportación de tres nacionalizados cubanos (Pérez, Aldazábal y Rivero); hay que ver a Eslovenia, campeónde Europa; y quedan Islandia y Dinamarca".

El seleccionador español entiende que su equipo ha mejorado respecto a los últimos campeonatos. Varios son los jugadores que han madurado después de disputar el último Europeo en Eslovenia. "Mantenemos las posibilidades de lanzamiento exterior, basadas fundamentalmente en Lozano, Iker Romero y Belaustegui", relata; y seguimos contando con Alberto Entrerríos. Y, además, incorporamos a Garralda y a Duishebáev, con los que mejoramos la distribución del juego, la penetración y el tempo del partido. También ha mejorado el juego por los extremos: Carlos Ortega y Fernando Hernández no estuvieron en el Europeo y nos aportarán solidez defensiva y calidad en ataque". "Es decir", resume, "la primera línea es más fuerte que en Eslovenia y mejoramos sustancialmente en la segunda por la incorporación de Rolando Uríos y porque recuperamos a Manolo Colón. Y en defensa estaremos más sólidos".

Después de quejarse de las deficiencias técnicas de algunos jugadores en el Mundial de Portugal, en 2003, y de observar una notable falta de mentalidad en algunos que compitieron en el Europeo de Eslovenia, Argilés considera que se ha hecho un trabajo específico para corregir los defectos observados. "Un jugador internacional se crea a largo plazo", advierte. "Si se ve sometido desde muy joven a una pertinaz disciplina táctica, no mejorará sus recursos técnicos. Es como si se jugara al ajedrez sólo con peones y te perdieras la sutileza del caballo, las diagonales y la rapidez de los alfiles... Al último Europeo llegamos con muchas expectativas y al final fuimos víctimas de un efecto boomerang. No llamamos a los jugadores más veteranos porque necesitaban descanso y les reservamos para los Juegos. Una vez recuperados, la responsabilidad de los jóvenes disminuirá y su rendimiento debe mejorar. Pero es cierto que hemos estado hablando con la mayoría en un intento de que sean más eficaces en sus acciones personales y mejoren la estadística. Pero hay una circunstancia contra la que no podemos luchar: muchos internacionales no son titulares en sus clubes".

Hay, por lo demás, un asunto que preocupa: por qué el balonmano se ha convertido en un deporte excesivamente duro, tanto que mata la calidad del juego. Argilés responde: "En la última reunión con árbitros y entrenadores se pasaron unos vídeos de acciones puntuales, pero muy repetidas, de dureza y de conductas antideportivas que no habían sido debidamente sancionadas. Se habló incluso de que los jugadores acostumbran a hacer un test a los árbitros al principio del partido para delimitar hasta dónde puede llegar su dureza. Y si el ciclo sancionador no comienza pronto, aquello acaba convirtiéndose en la ley de la selva. Hay partidos en los que se ven golpes de kárate, empujones desequilibrantes en el hombro del lanzador o en la cadera del extremo. Hay que echar mano de las tarjetas rojas para dejar claro que a la denfensa sólo le vale el trabajo limpio. El problema que plantea es que durante un 33% del tiempo de juego, los equipos pueden estar en inferioridad, con el deterioro del espectáculo que eso supone".

Argilés, en el banquillo junto a algunos jugadores, durante un partido de preparación.
Argilés, en el banquillo junto a algunos jugadores, durante un partido de preparación.DIARIO AS

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