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Reportaje:Atenas 2004

Cómo ser deporte olímpico

Aprobados los criterios para decidir las disciplinas de los Juegos

El COI aprobó ayer los criterios por los que se regirá la reestructuración del futuro programa olímpico. Dentro de la modernización del organismo, existen modalidades que parecen claramente pasadas de moda, como el pentatlón moderno, o que no son practicadas en una gran parte del mundo, como el béisbol o el softból, la variante femenina, e incluso partes de deportes con peso, pero que incluso son muy costosas en instalaciones, como el piragüismo de aguas bravas o el concurso completo de equitación, entre otros. Con 33 puntos agrupados en siete capítulos, la comisión ejecutiva y los miembros estudiarán qué deportes deben salir del programa para que otros puedan entrar. Controlar el gigantismo.

Existe un primer apartado de historia del deporte, que valorará su peso específico en el tiempo y su presencia en las grandes competiciones. Se encadenará con otro denominado universalidad, que profundiza en el número de federaciones nacionales afiliadas a la internacional correspondiente y su actividad al máximo nivel. En esa misma línea que busca el COI de actualidad, se incluye un tercer capítulo de popularidad, específicamente las audiencias en medios de comunicación, el interés de éstos y hasta el número de espectadores presentes en sus últimos grandes campeonatos. El cuarto capítulo se dedica a la imagen que da el deporte, en cuanto a limpieza e igualdad, y también en su impacto sobre el medio ambiente. El quinto punto, el único con un solo criterio, es el dedicado a la salud de los atletas, centrado en su política antidopaje. Los dos últimos apartados se refieren al desarrollo de las federaciones internacionales de cada deporte, en concreto a su situación financiera.

El automovilismo, fuera

La Sesión, en su línea dura, retiró su categoría de federación reconocida por el COI al automovilismo. No esperó ni un día desde que el director de la Agencia Mundial Antidopaje, el canadiense Dick Pound, recordase que junto al golf eran las únicas dos de las 28 federaciones no olímpicas, pero reconocidas, que no habían firmado el Código Mundial Antidopaje. Su negativa a reconocer ella misma la autoridad del Tribunal Arbitral del Deporte, es decir, su miedo a que sus afiliados multimillonarios fuesen a los tribunales, ha sido decisiva.

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