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Análisis:FUSIÓN | FÓRUM DE BARCELONA | La cita internacional de los jóvenes
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Anulando la crítica

No se discute que un día fuesen graciosos, ocurrentes, callejeros, frescos, contestatarios y naturales. De ocurrir, que ocurrió, eso ya forma parte del pasado. Hoy en día los Mártires del Compás son una parodia de sí mismos, y en su abandono algunos encuentran la gracia y la naturalidad a una banda cuyo espectáculo es bastante pobre. Su segunda noche en el Fórum dio inequívocas pruebas de ello.

Llenaron su recinto, el escenario Marina, y de una opinión hicieron bandera. La víspera habían calificado al Fórum de negocio inmobiliario, lo cual provocó la respuesta del portavoz del Fórum, Oleguer Sarsanedas, alabando la libertad de expresión que reina en el recinto. Una respuesta tan obvia que cualquiera podría hurgar en sus costuras. Los Mártires del Compás no. Iluminados por su ocurrencia crítica y contentos como niños que han roto el jarrón de papá dedicaron su segundo concierto a abundar en sus ingenuos y planos puntos de vista sobre el Fórum -un acontecimiento que merecería análisis menos superficiales- para acabar justificando su presencia en el evento que critican con una frase de dudoso gusto: "El cáncer actúa desde dentro".

Explicado en pocas palabras, los Mártires tiraron por la borda cualquier asomo de crítica con fundamento más allá de los lugares comunes, abundando en una postura de superficialidad "enrollada" envuelta en canciones "cachondas" que quieren ser retrato de la vida en la calle. Frases como "mi hijo es como el sol, que cuando sale se pone", dan la pauta de un sentido del humor que alcanzó su cenit precisamente con este aserto que juega con el doble sentido del verbo "ponerse". Una gracia. Con todo, los Mártires mantienen ese punto costumbrista que les permite conectar con un público que disfrutó con las ocurrencias de Chico Ocaña, el cantante y líder del grupo. Realmente, aquello pareció una fiesta.

Voz ronca y afónica

Aunque casi todo fue afonía, tanta que Sabina parecería un tenor al lado de Chico Ocaña. Éste, simpaticote y campechano hasta el hartazgo, se dedicó a gruñir las letras de unos temas que partiendo del flamenco se aproximan a la métrica y sonoridad del pop-rock mediante bajo y dos guitarras. El anclaje flamenco venía de la mano del cajón y de una voz femenina de apoyo que salvó los muebles de Chico. Éste, más que cantar, exhibió una voz ronca propia de anuncio de producto para gargantas irritadas.

Como fuere que Chico debe de pensar que la gracia es esta, lejos de conseguir una dicción comprensible se dedicó a fumar los cigarrillos liados que pidió que le obsequiase el público, en una actitud que aún se ignora qué quería demostrar. Si lo que quería evidenciar es que a él le gusta el hachís no hacía falta tamaña ostentación. Si quería demostrar que él puede cantar y fumar se equivocó, pues su voz no parece estar para mucho más tabaco. Un concierto que pareciendo alegre dejó cierto regusto amargo.

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