Un estadio de olas y viento

La ciudad de Tarifa (Cádiz) multiplica por cuatro su población cada verano. Sus maravillosas playas atraen a turistas españoles y extranjeros, pero también el viento. Y es que la costa tarifeña es conocida mundialmente por sus cualidades para la práctica de los deportes que necesitan de fuertes rachas de aire y oleaje, como el windsurf, el kitesurf y, en menor medida, el surf.

En Tarifa, son varias las escuelas de surf que desde hace más de una década reciben la visita de muchos aficionados y principiantes que, en pocos días, quieren conocer la sensación de deslizarse e incluso volar sobre las olas. Es el caso de Surf Center Dos Mares, una escuela que cuenta con tres monitores, el francés Eric, la joven Andrea, de origen húngaro, y el argentino Horacio Niño, quien desde hace 20 años se dedica a enseñar surf.

Para Niño, "las costas de Tarifa son de las mejores del mundo para practicar el windsurf y el kitesurf, pero estas modalidades requieren además del conocimiento de otras cuestiones, como el mar o la propia meteorología". El kitesurf es cada vez más popular en las playas tarifeñas. El surfero aprovecha el impulso de una cometa para deslizar su tabla por el agua. "Es como si volases en un parapente", asegura el monitor de surf, quien señala que "el kitesurf es muy difícil de practicar, pero se aprende rápido". Sus alumnos son, sobre todo, hombres de entre 30 y 40 años, por lo general extranjeros, aunque en los meses de verano reconoce una mayor afluencia de catalanes y madrileños.

Surf con cometa

Un curso de iniciación al kitesurf suele tener una duración de cuatro horas y su coste es de 120 euros. "Esto permite tener las nociones básicas para la navegación, para no caerse", asegura el monitor, quien considera que "la tabla y la cometa suele estar dominada en unos 15 días". Un equipo para la práctica del kitesurf suele costar unos 1.400 euros, aunque en Tarifa son muchos los establecimientos en los que se pueden adquirir equipos por la mitad, ya que se trata de tablas y cometas de segunda mano que se encuentran en buen estado, según el responsable de Surf Center Dos Mares.

Las costas de Tarifa se convierten cada verano en un pintoresco paisaje de cometas y velas que surcan las aguas más próximas al litoral. Hasta 400 tablas de kitesurf y otras tantas de windsurf se pueden ver cada día en la zona, por lo que sus habituales visitantes esperan pronto la llegada de la tranquilidad. Es el caso de Miguel, un tarifeño que practica el surf y que asegura que "es más apetecible el invierno, cuando en el agua hay sólo un centenar de tablas".

Para los lugareños no es cómodo convivir en esta pequeña población durante los meses de verano, porque el colapso no sólo se produce en el casco urbano, donde es casi imposible encontrar aparcamiento, sino también en la zona de regatas, donde es difícil encontrar un hueco próximo a la orilla donde montar la tabla. A pesar de todo, los tarifeños se agarran a que "el viento siempre generó riqueza en la ciudad". Lo que echan de menos en la localidad gaditana son las competiciones de élite de windsurf (la última se celebró hace dos años). Sólo faltan patrocinadores, porque lo principal, el viento, nunca falla en esta costa.