La Guardia Civil repele con antidisturbios una avalancha de 400 inmigrantes en Melilla
La Gendarmería marroquí ayudó a frenar a los extranjeros al otro lado de la valla fronteriza
Unos 400 inmigrantes subsaharianos se lanzaron en tromba poco antes de la medianoche del domingo sobre la doble valla que separa Melilla de territorio marroquí. Con largas escaleras de madera de fabricación casera intentaron saltar los tres metros de altura del perímetro fronterizo. La Guardia Civil empleó material antidisturbios para contener a los sin papeles, pero al menos una docena de inmigrantes logró entrar en la ciudad autónoma. La Gendarmería marroquí ayudó a dispersar la avalancha. Cinco extranjeros y dos agentes españoles resultaron heridos leves.
El domingo, hacia las 23.30, un enorme grupo de inmigrantes subsaharianos, entre 400 y 500, según las fuentes consultadas, que viven ocultos en el monte marroquí del Gurugú, a escasos metros de la ciudad a la espera de poder entrar ilegalmente, intentó pasar en avalancha a la ciudad de Melilla. Para ello, arremetieron contra la doble valla metálica de tres metros de altura que rodea todo el perímetro de la ciudad y que delimita la frontera con Marruecos.
Provistos de escaleras y palos, la avalancha humana se situó casi a lo largo de un kilómetro de valla, para que así los servicios de vigilancia de la Guardia Civil se viesen desbordados. Las escaleras eran de madera, de fabricación casera, y con una longitud considerable, para alcanzar los más de tres metros de altura de las citadas vallas.
Rápidamente actuaron los efectivos de la Guardia Civil, aunque no pudieron evitar que un número pequeño, menos de una docena, escapara hasta el interior de la ciudad autónoma, aunque según fuentes oficiales no está determinado el número exacto de inmigrantes que consiguieron su propósito de entrar ilegalmente en Melilla.
Efectivos del instituto armado que realizaban su servicio por otras zonas llegaron para reforzar a sus compañeros. En total intervino medio centenar de agentes. Utilizaron material antidisturbios para evitar que la avalancha echase abajo la valla y lograra llegar a territorio español. Tras la reyerta, al menos cinco inmigrantes y dos guardias civiles resultaron contusionados. Sólo tres extranjeros tuvieron que ser atendidos en el hospital de Melilla pero sin que su estado revistiese gravedad.
En ayuda de los efectivos españoles acudió la Gendarmería marroquí, cuyos miembros también actuaron, por propia iniciativa, para intentar frenar a los centenares de subsaharianos desde el otro lado de la frontera.
Según algunos testigos, en el enfrentamiento con los inmigrantes los agentes marroquíes presentaron una actitud "inusitadamente beligerante", que contrasta con cierta permisividad observada en otras ocasiones en que grupos menos numerosos de inmigrantes intentaron cruzar la frontera española con este procedimiento. Este modus operandi se ha visto en otras ocasiones pero, desde hace algo más de tres años, no se había producido un altercado de tal magnitud.
La Delegación del Gobierno en Melilla destacó la "gran colaboración" prestada por las fuerzas policiales marroquíes, y la "entrega" de los agentes de la Guardia Civil.
El presidente en funciones de la ciudad autónoma, Miguel Marín, reclamó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que "refuerce y aumente los medios materiales y humanos" en el perímetro fronterizo. Marín destacó la profesionalidad de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que hacen "un trabajo importante para la ciudad", pero, añadió, "faltan recursos humanos".
Durante la madrugada y la jornada de ayer se hicieron trabajos de reparación de la alambrada metálica. Y en todo el perímetro fronterizo se ha reforzado la vigilancia con más agentes de la Guardia Civil.
Por otro lado, 27 magrebíes varones fueron detenidos en Ceuta cuando pretendían embarcar hacia Algeciras (Cádiz) escondidos en las atracciones que participaron en las fiestas patronales de la ciudad.
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