Regatista con pedigrí
Blanca Manchón, la pequeña de una saga, busca en Atenas la recompensa a un año de sacrificios
Blanca Manchón buscará en las aguas del mar Egeo la recompensa a un año duro. Para ilustrar su sacrificio advierte de que no ha salido por las noches desde la Feria de Abril, todo una proeza para una sevillana de 17 años. Heredera de una saga de regatistas, la pequeña de los Manchón será la única representante española que competirá en vela en los Juegos Olímpicos de Grecia en la categoría de Mistral.
"Mi vida social en Sevilla es nula. No estoy aquí y cuando estoy es entrenando", se lamenta. Tras su voz se intuye cierto agotamiento. No lo niega -"llega un momento en que harta. Siempre la misma gente y los mismos sitios"-, pero asegura que disfruta sobre la tabla: "Si no me gustara lo diría". Vida social al margen, lo más difícil del año ha sido compaginar la preparación para Atenas con las clases de primero de bachillerato. "De tres meses falto uno", dice. Al contrario de lo que ocurre con otros deportes, en vela es muy importante conocer el terreno en el que se va a competir, por lo que a los desplazamientos habituales para asistir a campeonatos hay que sumar las visitas, concentraciones y entrenamientos previos in situ. En lo que va de año ya ha estado en Grecia cinco veces para hacerse con las olas y los vientos griegos.
"Son unas condiciones muy distintas a las de El Puerto [de Santa María (Cádiz), donde entrena habitualmente] ", explica. "Al haber tantas montañas el viento no entra limpio. A lo mejor hay mucho en una parte y no corre nada en otra". Para que los regatistas se familiaricen con el Egeo la Federación Española de Vela concentró en Atenas a sus deportistas los diez últimos días de julio. "Aquello ya es mi segunda casa, pero al final nunca se saben las condiciones que te vas a encontrar", asegura la regatista.
Es una de las benjaminas del equipo olímpico español, pero sabe que puede convertirse en una de las revelaciones de la competición. También quiere dejar alto un apellido con pedigrí en el mundo de la vela. Su padre, Francisco Manchón, ganó dos veces el Campeonato del Mundo, y su hermano Curro se ha quedado a sólo un punto de acudir a Atenas. Blanca es una de las más jóvenes del circuito y va preparada para encontrarse a las mejores, aunque es optimista y considera que un campeonato del mundo es "mucho más difícil" que unos Juegos. "En los campeonatos te encuentras a siete francesas, tres chinas, tres alemanas. En los Juegos, sólo hay una de cada país. Aunque es la mejor".
Si todo sale bien, ella espera "coger diploma", el premio reservado para los que quedan por encima del octavo puesto. "Estaría contenta si acabara entre la séptima y la quinta", precisa Blanca, que no quiere asumir más presión de la que ya lleva sobre los hombros, pero tampoco descarta hacer "algo más". Aunque defiende que los campeonatos del mundo tienen más caché en un deporte como el suyo, es consciente de que la expectación que causan unos Juegos Olímpicos supera la de cualquier otra prueba. "En un mundial nadie te busca, pero aquí va a estar todo el mundo pendiente de lo que haga cualquier español. Se habla mucho más".
También espera sacarle provecho a que "con las acreditaciones se puede entrar en todos los deportes". Sus pruebas se celebran en días alternos, por lo que en las jornadas libres cuenta con convertirse en espectadora de las competiciones de atletismo, gimnasia y natación. Lo que ya no necesita es hacer turismo por Atenas: cinco concentraciones en menos de un año en la sede de los Juegos le han dado para varias visitas guiadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.