Cogida menos grave de Serafín Marín
La imagen por excelencia de un toro de lidia no es, como piensan muchos, el toro del anuncio del coñac que nos encontramos a los costados de la carretera. El galán de fina estampa, pelo en pecho, con dos petacos de aquí te espero, han sido y serán los Pablo Romero, hoy Partido de Resina Sociedad Limitada.
Los que saltaron al ruedo ayer eran de carita guapa, de buena gente, pero nada de fina estampa ni de petacos de aquí te espero. Acochinados y justos por delante. No eran como los de la foto que les anunciaba. Con todo, estuvieron por encima de los toreros. Por la mala lidia recibida algunos llegaron avisados al último tercio.
La cruz de la tarde le cayó a Serafín Marín. El catalán sustituía al anunciado Dávila Miura. Entonado sin exageraciones al veroniquear al único que estoqueó. Confeccionó faena trapeando a media altura, abundando enganchones y desarmes. Voluntad puso, tanta que embarulló todo lo que intentaba. Todo cuanto hizo dejó avisado al animal. Con la cabeza por las nubes llegó el Sociedad Limitada a la cita con la espada. No supo Marín salvar el obstáculo y al hundir el acero recibió una cornada en la axila derecha que le impidió seguir la lidia.
Resina / Robleño, Marín, Lara
Seis toros de Partido de Resina, justos de presentación, blandos y nobles. Fernando Robleño: pinchazo, media estocada atravesada -aviso-, descabello (palmas); dos pinchazos, media, descabello -aviso-, descabello (silencio); tres pinchazos -aviso-, descabello (ovación). Serafín Marín: estocada desprendida -aviso-, se echa el toro (ovación) y vuelta. Iker Javier Lara: dos pinchazos -aviso-, estocada atravesada (silencio); dos pinchazos, estocada caída -aviso-, se echa el toro (ovación) y vuelta. Tras la muerte del tercero Serafín Marín ingresó en la enfermería, donde se apreció una cornada de 12 centímetros en la axila derecha, leve, lo que le impidió continuar la lidia. Plaza de Vitoria, 8 de agosto, 5ª de feria. Media plaza.
Robleño anduvo errático sin convicción. No encontró distancia, ni sitio. Por no encontrar, no halló ni la raza generosa en valor que le adorna. Demasiados miedos, prevenciones y ventajas utilizó en los de su lote. Vino a reencontrarse consigo mismo en el que estoqueó por el lesionado compañero. La raza y la casta del diestro llevaron el calor a los tendidos. La espada en esta ocasión le privó de un apéndice.
A Iker Javier Lara le cayó grande la oportunidad, quizá por tener poquitas. Perdido él y la cuadrilla a juego, los tendidos vivieron en vilo las andanzas del joven espada. Con la espada, todo un drama. Su otro, un inválido de mortecina embestida, le permitió lucirse de aquella manera. Con aquel mérito. Y al público, a pasar el trago.
Ayer, y fuera de norma, no se cortaron trofeos. El juego de los toros de Partido de Resina evitó, que ya es mucho, el aburrimiento y el bostezo en los tendidos. Algo es algo.
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