Colas kilométricas en la AP-7 en Tarragona por segundo día consecutivo
Un tráfico intenso, sumado a un accidente múltiple, fue la causa de las retenciones
Tras las espectaculares retenciones de hasta 35 kilómetros en la AP-7 que se vivieron el sábado en Tarragona, la de ayer volvió a ser una jornada de caos en esta vía -la principal, junto a la N-340, de estas comarcas-, que de nuevo registró ayer colas, de 15 kilómetros, entre Torredembarra y Tarragona. Una colisión múltiple, que obligó a cortar uno de los dos carriles durante 75 minutos, y el gran volumen de tráfico que soporta esta autopista en verano fueron la causa de las retenciones de ayer, según el Servicio Catalán de Tráfico.
La de ayer es una muestra más del colapso continuado que sufren las autopistas de la demarcación tarraconense, concentrado sobre todo en los peajes de El Vendrell (Baix Penedès), Tarragona (Tarragonès) y L'Hospitalet de l'Infant (Baix Camp). El alcalde de Tarragona, Joan Miquel Nadal (CiU), criticó recientemente que estos puntos se convierten fácilmente en cuellos de botella, y también que la concesionaria ACESA no opte por trasladar los peajes, situados en el centro de las vías, a las entradas y salidas.
El aumento del tráfico en Tarragona durante los periodos vacacionales es evidente. El sábado, al margen de las colas de 35 kilómetros que se registraron entre Vilafranca del Penedès y Tarragona, los peajes de El Vendrell y Tarragona también sufrieron retenciones de hasta siete kilómetros. Y si la AP-7 ya tenía más tráfico del que puede absorber, la vía alternativa gratuita, la carretera N-340, no presentaba un aspecto mejor: cuatro kilómetros en ambos sentidos a la altura de Cambrils (Baix Camp) y cinco en sentido sur entre Torredembarra (Tarragonès) y El Vendrell.
Una de las soluciones que verán la luz pronto es el desdoblamiento de la carretera N-340 entre L'Hospitalet de l'Infant y Vila-seca , que Fomento prevé inaugurar en 2007. Sin embargo, esta circunvalación difícilmente terminará con las retenciones que se registran en las carreteras de la zona norte del Camp de Tarragona en las épocas de éxodos masivos, ya que son las que absorben la gran mayoría de los vehículos procedentes de Barcelona y del turismo europeo.
