El gran mediador
Supachai Panichpakdi (Bangkok, 1946) es el centro de una nebulosa de 147 países que luchan por ponerse de acuerdo. El tailandés está al frente de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que con nueve años de vida, es el punto de encuentro de 147 países que intentan acordar pactos para abrir sus fronteras al comercio mundial.
La OMC, con sede en Ginebra, vela por el libre tráfico de bienes y servicios entre países y enfoca sus esfuerzos al desmantelamiento de barreras comerciales como subsidios y tarifas. Se trata de una tarea titánica que hasta el fin de semana pasado amenazaba con precipitarse al fracaso y llevarse los dos años gestión de Supachai consigo.
No fue así. La mesa de negociación, con el tailandés como mediador, consiguió arrancar un acuerdo que revitalizó un ciclo de apertura comercial, la Ronda de Doha, que se encontraba moribundo. En un lado, los países emergentes demandaban una reducción de los subsidios a la agricultura. En el otro bando las potencias más desarrolladas, es decir, la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, rechazaban negociar los subsidios y pedían una reducción de las tarifas que obstaculizan la entrada de sus productos industriales a los mercados emergentes.
Al final, se alcanzó una especie de consenso, con ambos lados dispuestos a hacer concesiones tanto en tarifas a los productos industriales como en subsidios a la agricultura. Supachai salía airoso y optimista de cara a las posibilidades de sellar un acuerdo que marque su mandato al frente de la OMC como un éxito.
Ésta es una posibilidad que hace temblar a los opositores de la liberalización comercial, que ven en el tailandés al protagonista todopoderoso de la OMC. La realidad, sin embargo, es otra. Con 147 miembros, la OMC es un cuerpo multilateral donde alcanzar un acuerdo requiere negociaciones que se prolongan con demasiada frecuencia hasta la madrugada. Si un solo miembro, por mínima que sea su participación en el comercio mundial, se opone al acuerdo, las negociaciones van a parar a la papelera .
Supachai ni siquiera puede proponer la agenda de las negociaciones, ya que éstas tienen que ser acordadas por los miembros, lo que representa un cambio complejo para un hombre acostumbrado a llevar las riendas. Antes de entrar en la OMC timoneaba la economía tailandesa y ayudó a superar la crisis financiera que ese país sufrió en 1997. Ahora, el mayor reto de Supachai es conseguir que 147 países se hablen y alcancen un consenso.
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