Papuchi
Yo no sé si les pasará lo mismo a Vargas Llosa, a Eduardo Mendoza o a Luis Landero, pero yo desde luego, cada vez que me hacen una entrevista, sólo digo gilipolleces. Y no sé por qué sucede eso, la verdad.
La otra tarde esperaba en casa a un periodista de una revista literaria que venía a entrevistarme en mi calidad de escritora de masas y pasé la mañana preparándome unas cuantas frases impactantes para que no me pasara lo de siempre. Luego le dije a dicho periodista que me mandara la entrevista antes de publicarla porque a partir de ahora quiero cuidar mi imagen, que considero un poquito deteriorada. La entrevista ha acabado teniendo los siguientes titulares: 'Mis hijos son el motor de mi vida', 'Sólo dejaría mi profesión si un hijo me necesitara', 'Los hijos me han hecho menos egoísta', 'Cuando vi la carita de mi hijo al nacer, lloré', 'Sólo me queda plantar un árbol'. Y todo esto estaba ilustrado con una foto de mi persona en biquini al borde de la piscina tumbada como la duquesa de Alba (como la de Goya, se entiende, no como la actual). El periodista era un tío preparadísmo, la verdad; trabaja para esta revista literaria, pero también vende reportajes a las revistas del corazón. Según. A mí me encantan los periodistas jóvenes de ahora porque son gente superbursátil. Como yo les digo a los niños, hijos míos, ya podéis prepararos, que ahora el mundo es muy competitivo. Y me miran con esa cara de empanaos que se les pone en verano que ganas te dan de cruzarles la cara. Y si no se la cruzo es por coherencia, no voy a estar declarando públicamente que son el motor de mi vida y de puertas para adentro dándoles pal pelo. El caso es que el periodista me llama y me dice que, dado el tono de la entrevista, va intentar venderla al Qué me dices, o así, aunque lo ve difícil. Dice que con Ana García Obregón le pasó al contrario, que él iba con la idea de hacerle una entrevista humana al borde del mar y que como ella se puso a hablar de biología molecular y toda la pesca, pues la mandó al Muy interesante, pero que el director le dijo que Ana tiene una imagen que se da de hostias con la revista. Yo le dije que es que en España encasillan a la gente enseguida, y me dijo no lo sabes tú bien. Y me dijo que le hizo el mes pasado una al padre de Julio Iglesias (papuchi) y que, como acabaron hablando fundamentalmente de su potencial espermatozoidal, se la está intentando colocar a la revista del Colegio de Urólogos, pero que de momento se la han rechazado porque dicen los urólogos que como el paciente vea eso en la sala de espera, el paciente se deprime. Y yo le dije al pobre periodista, pues hijo, qué lío llevas a nivel contenidos. Y me dijo: entre todos van a conseguir que deje la profesión. Y a mí me dio pena que un muchacho tan bursátil se venga abajo víctima del sistema y le hice un préstamo. Y lo cuento porque creo que si todos actuáramos así el mundo sería de otra manera.
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