Paz y 'rock and roll'
La felicidad existe, y explota en el instante en que llega Pau el bombero y, desde su furgoneta, riega con litros de agua a los visitantes, aturdidos por el calor. Las palabras de Pau, la manguera y la música que atrona desde las vísceras de su vehículo les hacen bailar y gritar como poseídos. Los niños se vuelven locos y los padres contemplan, extasiados y sin dar crédito, sus camisetas empapadas de agua fresca. Y es que Pau, de profesión actor, es un contumaz apagafuegos. Subido en su camioneta, divisa todos los recovecos del recinto y, raudo, acude a donde más le necesitan. Y todo lo puede: da información, anima las colas para ver las exposiciones, remoja a los sudorosos y hace reír al más hierático. Todos le conocen y saludan con el signo de la paz, y desde casi cualquier punto del recinto el murmullo lejano del rock and roll indica por dónde anda. Su trabajo es serio: "Aportamos alegría y ayudamos a romper la transcendencia que a veces genera el contenido del Fórum".
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