El PRI intenta mantener el poder en Oaxaca como primer paso hacia las presidenciales mexicanas de 2006

El viejo dinosaurio político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se despertó ayer en las elecciones para gobernador en el sureño Estado mexicano de Oaxaca. Los augurios de violencia para la jornada electoral comenzaban a confirmarse tras conocerse la existencia de un herido de bala y anomalías en favor de la alianza Nueva Fuerza Oaxaqueña, que encabeza el PRI. Las encuestas mantienen que la diferencia en las urnas será mínima si se cumplen las expectativas, lo que movilizó a los priístas a buscar a toda costa el voto de los indecisos. El PRI necesita la victoria en Oaxaca, ya que incluso su presidente, Roberto Madrazo, admite en privado que el resultado tendrá un efecto especial en la ruta priísta hacia el retorno a la presidencia de México. Las elecciones se celebrarán en 2006.

Ulises Ruiz, candidato de la coalición Nueva Fuerza Oaxaqueña, que está formada por el PRI y los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, arrancó la jornada como en los viejos tiempos, con un desayuno para invitar a votar. Supuestamente, su acción forma parte de la promoción del voto. La oposición presentará una queja.

La batalla por el Gobierno de Oaxaca es complicada. Está en juego el poder local, pero el gobernador actual, José Murat, forma parte de un duro sector del PRI, que apoya las aspiraciones a la presidencia de Madrazo, máximo dirigente priísta. Ruiz tiene como contrincante en la lucha por el Gobierno de Oaxaca a Gabino Cué, que tiene el respaldo de los partidos Acción Nacional (PAN, conservador del presidente Fox), de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) y Convergencia por la Democracia (ex priístas). Pero en el fondo hay una guerra entre facciones del PRI, sobre todo la de Madrazo y la de Elba Esther Gordillo, la líder caciquil del sindicato de maestros, que con más de un millón de afiliados ha sido la caja chica de votos corporativos para el PRI.

Al igual que hace años, cuando el PRI imponía sus reglas en todo el país para hacer que ganaran sus candidatos, un numeroso grupo de intelectuales pidió para Oaxaca elecciones limpias, sobre todo después de que simpatizantes de las coaliciones se enfrentaran en la ciudad de Huautla con un saldo de dos muertos y decenas de heridos, de lo que ambos bandos se culpan.

Además, se acumulan las denuncias no oficiales de irregularidades del sistema priísta. En la sede de la Alianza Todos Somos Oaxaca, que tiene como candidato al ex priísta Cué, se informó de que en la comunidad indígena de Miahuatlán resultó herido de bala uno de sus seguidores. Las autoridades electorales informaron de que los comicios comenzaron con relativa calma y los partidos dijeron que los incidentes más graves están aún por ser denunciados.