Consolidación frenética en EE UU
El sector bancario estadounidense está sumido en un frenético proceso de consolidación desde hace un año, superada la crisis económica. Los grandes bancos del país se lanzan a la compra de los de mediano tamaño para ampliar su gama de servicios y su cobertura geográfica. Y las pequeñas entidades se juntan para sobrevivir o para atraer el interés de los titanes.
Las fusiones han movido en nueve meses más de 105.000 millones de dólares. La carrera la lanzó Bank of America en septiembre al anunciar la compra de Fleet Boston por 47.800 millones, para convertirse en el segundo grupo del país, detrás de Citigroup. A los pocos meses quedó relegada al tercer puesto después de que JP Morgan Chase se hiciera con el control de Bank One, tras desembolsar 55.000 millones.
La última gran fusión data de junio entre Wachovia y SouthTrust, una operación valorada en 14.300 millones que le afianza en el cuarto lugar y le coloca con el banco líder al sureste del país. También destaca la adquisición de Charter One por parte de Bank of Scotland -socio del Santander- por 10.500 millones, lo que le convertirá en el banco europeo más importante en EE UU. Hay otras operaciones de menor tamaño, como la fusión de Wells Fargo y Strong Financial o la del grupo francés BNP y el Community First.
Los bancos estadounidenses también quieren reforzar su presencia en Asia, un mercado con más de 3.000 millones de clientes potenciales. Citigroup está interesado por reforzar su negocio en países como Corea del Sur, donde acaba de adquirir el KorAm, y su visión expansiva cubre toda la región. Morgan Stanley mira más hacia Tailandia.
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