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Crítica:'TNT' | Tele 5
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Petardeo

TNT se ha estrenado en las madrugadas de Tele 5 con aceleración y sumarios sensacionalistas. La aceleración la pone el equipo liderado por Jordi González, que ya no limita su presencia a la presentación, sino que se ha traído de Barcelona a Marta Torné, Xavi Orive, Raúl Gómez y Quique Torito Jiménez, con quienes, durante dos años, compartió nocturnidad en la cadena Citytv de Barcelona. Esta parcial renovación de rostros no resquebraja el tono impuesto por los colaboradores más veteranos de un formato blindado por unos índices de audiencia espectaculares que se alimentan a) de los contenidos de Aquí hay tomate, pero en versión hard; b) de los referentes de la cadena (entrevista al ubicuo Jorge Javier Vázquez o a Fresita), y c) de artistas en promoción (Santiago Segura y Florentino Fernández). Las entrevistas son la excusa para justificar preguntas de las llamadas descaradas o recurrir al ya manido numerito del beso al invitado. Esto permite descubrir que la ignorancia es rentable y que, en nombre del show, se puede opinar sobre una película no vista o no saber dónde está Leganés, aunque hayas acudido a esta localidad a hacer una encuesta callejera.

La primera noche, el plato fuerte fue un indigesto debate sobre la vida sexual de los futbolistas, con una invitada, Lulú, bloqueada por su comprensible mal humor y por el chorro de aire frío que desestabilizaba su peinado. Cuando la tensión de los expertos en braguetología está a punto de estallar, aparecen los animadores de plató, que, cual artificieros, intentan desactivar, sin éxito, la tensión reinante.

La mesa, presidida por un González que culmina un año de éxitos, se revolucionó con la llegada de Torito, que dejó clara su ideología tal que así: "El público quiere verte el ojete". Torito es un pionero de los porno-concursos y del ambiente de despedida de soltero. Según los gustos, le consideras grosero, chiflado o simpático, aunque viene a ser una versión de las descaradas coristas de El Molino que se metían con el público con comentarios picantes, pasadas por el filtro insensato de Jackass y de un tremebundo y defectuoso sistema educativo. El programa cumple la paridad entre sexos. Además de unos cuantos colaboradores masculinos, entre los que destaca Rufino y su alarmante tristeza, da cancha a varias tipologías femeninas. Ejemplos: Karmele Marchante, Encarni, Sonia Arenas, Carmen Caballero (que tantas cosas sabe de Lola Flores y del flamenco desarrollista) y una Pilar Rahola que intenta evangelizar unas tribunas en las que prevalecen la grosería y un sentido poco escrupuloso de la diversión. Por mucho que te desgañites denunciando la prostitución infantil, a estas horas sólo te recuerdan por el tinte del pelo o por si te bajaste los pantalones.

[La semana pasada, TNT alcanzó de martes a jueves una media de 1.388.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 27,3%].

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