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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sin privilegios

En EL PAÍS del domingo 18 de julio hay unas declaraciones de la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico, con las cuales ni estoy de acuerdo ni me agradan. Sería conveniente ser más firmes y poner a las religiones en el lugar que verdaderamente les corresponde. La Constitución proscribe la discriminación religiosa y entre sus palabras más significativas la directora dice que tiene que impulsar los acuerdos de 1992 del Gobierno, que menciona la cooperación con musulmanes, evangélicos y judíos; después ampliar a otras confesiones, como ortodoxos y mormones. Está además, la cuestión económica; los dirigentes musulmanes habían pedido de 30-35 millones de euros ... bueno, esto es una insignificancia para los que recibe la Iglesia Católica; como es lógico a las otras religiones les corresponderá su bocadito; no hay que olvidar los privilegios que se tienen en cuanto impuestos, etc. ¿Televisión?... la pública tiene que potenciar la presencia de religiones. En lo referente a la formación religiosa en las escuelas, dice: "La gente tiene que ver las clases como son: un derecho indiscutible".

Casi todas las guerras han sido causadas por las religiones, ¡La Inquisición! ¡Las cruzadas! El Papa Juan XXIII pidió perdón por ello, pero no debemos olvidarlo. La religión es enemiga solapada de la ciencia... Bueno, para qué seguir. La religión tiene normas morales muy buenas y la gente sencilla siente una gran necesidad de un final eterno y justo. Yo no estoy convencido de que sea así, sin embargo, ha sido y es causa que muchos despiadados utilicen y han utilizado a los pueblos para que sirvan a sus propias ambiciones, aunque reconozco que para los creyentes verdaderos la vida se hace más llevadera. Por los motivos anteriormente expuestos considero que los agnósticos (entre los que me encuentro) y los ateos tenemos tantos derechos como los creyentes. La solución es no dar ningún privilegio a ninguna religión, sino considerarlas como asociaciones, y desde luego su derecho a la enseñanza... ¡en los templos solamente! En el caso que no sea así, los agnósticos y ateos deberíamos de tener los mismos privilegios económicos y mediáticos para poder exponer nuestros puntos de vista. Lo que se necesita es fomentar aún más el verdadero conocimiento y no la fe.

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