El PP vasco dice que Imaz es "en el fondo" como Arzalluz y que el PNV "ampara" a ETA
Populares y peneuvistas rompen con una reunión su incomunicación de ocho años
Nada nuevo bajo el sol de Sabin Etxea, la sede del PNV en la capital vizcaína. Al menos, ésa es la percepción que se llevaron ayer la candidata a lehendakari y futura presidenta del PP vasco, María San Gil, y el eurodiputado y actual presidente de los populares vascos, Carlos Iturgaiz, tras su entrevista con el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, y la dirigente peneuvista Josune Ariztondo.
El encuentro, convocado por el PNV, se enmarca dentro de la ronda de contactos con distintos partidos, impulsada por Imaz tras acceder a la dirección del PNV en enero, y rompe ocho años de aislamiento entre ambas formaciones. Una incomunicación justificada, según San Gil, porque "en estos años es la primera vez que el PNV nos llama" para un encuentro político. La anterior reunión fue entre el ex presidente peneuvista Xabier Arzalluz y el ex presidente José María Aznar, y data de septiembre de 1997, dos meses después del asesinato de Miguel Ángel Blanco. El PNV anunció en un comunicado que "seguirá manteniendo reuniones discretas con los partidos".
En la hora y cuarto que duró la reunión, el PP sólo advirtió el "nuevo talante" de Imaz. En lo demás, según San Gil, la reunión sólo confirmó las "diferencias insalvables" existentes entre ambos partidos: "En el PNV se siguen creyendo que vivimos en un caserío, que es Euskadi, y que es suyo. Y les he dicho que nosotros somos igual de propietarios que ellos, y queremos decidir con los demás de qué color lo pintamos y qué vamos a plantar en la huerta".
El PP planteó dos aspectos, a su juicio, básicos para el futuro del País Vasco: el plan Ibarretxe y la ilegalización de Batasuna y su entorno. Según el PP, la reunión constató que el PNV no tiene ninguna "voluntad de mover" sus posiciones. San Gil, que actuó de portavoz ante la prensa, reveló que Imaz le había confirmado su "voluntad política" de llevar adelante el plan del lehendakari, un proyecto que, a su juicio, "divide a la sociedad vasca". Sobre la ilegalización de Batasuna, aseguró que ha visto a un PNV "sin voluntad de moverse de esta actitud de amparar al terrorismo" y sin "querer dejar de tender la mano a Batasuna".
Postura inmovilista
El panorama dibujado por la dirigente popular, de un PNV tan "inmovilista", animó a un informador a preguntar si no había percibido ninguna diferencia entre Imaz y su antecesor en el cargo durante 23 años. San Gil se agarró al socorrido "talante" para admitir que en las formas la reunión se desarrollo en un "tono cordial y muy bueno". Pero nada más. En su opinión, "en el fondo no hay diferencias" entre Imaz y Arzalluz, porque "defienden el mismo proyecto de país". El que dibuja el plan Ibarretxe, una Euskadi "con ciudadanos de primera y de segunda, que nos empobrece y que nos divide como sociedad".
Y San Gil le advirtió al PNV que se equivoca si no cuenta con ellos, porque "somos la segunda fuerza de Euskadi". La futura presidenta del PP vasco, tras la elección de Iturgaiz como eurodiputado, reiteró la vocación de alternativa de su formación y de "mandar al PNV a la oposición". "No queremos ser vicelehendakaris de nadie, sino la garantía de futuro para los vascos", dijo en tono preelectoral.
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