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Reportaje:Verano 2004

Cucaña y cante en Triana

El barrio sevillano vive hasta lunes la Velá de Santigo y Santa Ana

Triana se abre a Sevilla. El singular barrio hispalense de tradición marinera ha vuelto, como cada año por estas fechas, a olvidar el calor y los sudores para centrarse en su fiesta: la Velá de Santiago y Santa Ana, que comenzó la noche del miércoles. Hasta el próximo lunes, miles de pesonas cruzarán en peregrinación diaria los puentes que saltan el Guadalquivir y que unen el barrio con "Sevilla".

¿Y qué esperan encontrar estos peregrinos adentrándose por la calle Betis y la plaza del Altozano, entre casetas, atracciones de feria y el olor de las típicas avellanas verdes? Fácil. Juegos populares, competiciones deportivas, buena comida, buena bebida, baile y música; sobre todo mucha música. De hecho, fue ésta la que abrió los festejos el día 21. La noche de la inauguración oficial, los asistentes al escenario del Hotel Triana pudieron escuchar a una de las voces más originales del cante actual. La trianera Esperanza Fernández interpretó la obra de Manuel de Falla, El Amor Brujo. Fernández es una de las cantaoras más versátiles y valientes del panorama flamenco. Su voz la ha llevado a colaborar con músicos de todos los estilos, entre los que se encuentran el violinista fallecido en 1999 Yehudi Menuhin, la cantante israelí Noa, el cantaor granadino Enrique Morente o Kiko Veneno. Otro antiguo vecino del barrio y también músico, Junior, rapero y coreógrafo famoso entre los adolescentes, ha recibido el premio anual al Trianero del Año.

Fue ayer cuando arrancó la fiesta de verdad, al comenzar elconjunto de actividades que marcan el carácter de la Velá. Por supuesto, la música siguió teniendo un papel protagonista. El programa de Noches del Altozano se abrió con Fernando Terremoto, Juana la del Revuelto, Antonio el Pipa y la Peña del Bollo, que ofrecieron en la plaza trianera una lectura ortodoxa de los palos del flamenco.

Cucaña y deporte

No todo es cante. Triana también es cucaña. Atracado en el Guadalquivir, un barco de madera es el escenario de un juego en el que los más valientes ponen a prueba su equlibrio y su sentido del ridículo. Todo consiste en alcanzar un pañuelo anudado al extremo de un mástil volcado, engrasado y suspendido sobre las aguas. La mayoría de los participanetes que lo intentan terminan cayendo al río, bien breados y contentos.

La cucaña esperará a sus intrépidas víctimas todas las tardes de siete a diez. Y aquellas que todavía floten en el agua a esa hora, serán testigos de una de las novedades de la Velá para este año, las rutas nocturnas por el río, organizadas dentro de las actividades deportivas. Precisamente el deporte es el que copa el grueso de la jornada del viernes, con campeonatos de fútbol (en el Charco de la Pava), baloncesto (en Mar de la Plata) y balonmano playa (en el Parque los Príncipes).

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El sábado y el domingo los trianeros echan el resto: campeonatos de petanca, de bolos, regatas de piragüismo, balonmano y más citas para mantener ocupados a los adictos a la competición. Y la noche del sábado, en el Altozano, Diego Benjumea, Carlos Vargas y David de María ofrecerán sus repertorios de cante y copla española hasta la madrugada del domingo. Entonces continuará la cucaña, el deporte y la música. Menos mal que, para los más tranquilos peregrinos a Triana, siempre quedarán las casetas de los colectivos locales y los partidos políticos, con sus copas de manzanilla y su "pescaito" frito.

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