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Los jueces rechazan el "excesivo" ritmo de trabajo que les pide el Poder Judicial

Los jueces de instrucción y los de primera instancia de Madrid rechazan los "módulos de trabajo" que proyecta el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Entienden que no se ajustan a la carga real de trabajo y piden que se prime la calidad de sus decisiones y no se les someta a presiones para cumplir un volumen de trabajo determinado. El plan del CGPJ, en lo que respecta a los jueces de instrucción (los que investigan delitos), es que éstos dicten al año entre 524 y 600 sentencias (de faltas y de juicios rápidos) y entre 6.331 y 7.345 autos.

Los jueces que superen en un 20% estos objetivos tendrán una remuneración extra, y los que no lleguen al 80%, por causas atribuibles a ellos, sufrirán descuentos salariales de entre un 5% y un 10%, aparte de la sanción.

El vocal para Madrid del Poder Judicial, Javier Martínez Lázaro, asegura que los módulos permiten determinar el trabajo estándar que debe desarrollar un juez con vistas a la defensa "del interés de los ciudadanos". Y añade que se trata de un proyecto aún abierto que recogerá las demandas razonables que se planteen.

Los jueces de instrucción consideran que "los indicadores numéricos del volumen de trabajo son incorrectos por excesivos" y no están de acuerdo con los nuevos cometidos asignados en instrucción merced a los juicios rápidos y las medidas contra la violencia doméstica.

Los jueces de lo Civil también ponen peros y señalan que es incorrecto basarse en la carga de trabajo de los últimos años porque ésta "está distorsionada".

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