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Comienza el derribo de la subestación que se incendió

Botella comunica a los afectados que estarán fuera de sus casas, como mínimo, tres meses

Unión Fenosa decidió ayer ceder al Ayuntamiento el solar sobre el que se levantaba la subestación eléctrica que ardió el pasado jueves, para que el municipio lo convierta en equipamiento público, probablemente en zona verde. Al mismo tiempo, los técnicos del Ayuntamiento comenzaron las labores de demolición de la subestación. Ana Botella, edil de Empleo y Servicios al Ciudadano, se reunió con una veintena de vecinos afectados para decirles que mientras duren las obras -de tres a seis meses si sus casas no son demolidas y cuatro años si lo son, según la compañía- serán realojados.

La grúa, dotada de una cabeza con forma de tenaza, comenzó a morder los muros de hormigón y ladrillo del edificio que albergaba la subestación eléctrica de Unión Fenosa poco antes de las dos de la tarde. En 55 minutos acabó con la esquina del inmueble siniestrado, situado entre las calles de Almadén y de Alameda, en pleno centro de Madrid. La operación estuvo dirigida desde lo alto de un edificio cercano por el arquitecto técnico del departamento de Control de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid, Zacarías Serrano.

Los operarios municipales que llevan a cabo la demolición estarán trabajando entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde todos los días hasta terminar la tarea, por lo que los vecinos de las viviendas más próximas -una decena de familias- tendrán que ser desalojados a diario, y volver para dormir cada noche, durante ese periodo como medida de seguridad. Se calcula que el derribo no será total hasta dentro de una semana.

La gran pantalla de neopreno que una grúa sujetaba en el aire ante una de las fachadas evitó que los cascotes dañaran las viviendas de los inmuebles situados al otro lado de la calle, a escasos cinco metros. No pudo evitar, sin embargo, que el polvo se extendiera por toda la zona, llegara hasta los árboles del paseo del Prado e impidiera la visión por la calle de Alameda, que parecía tomada por una densa niebla.

Durante esta primera fase de los trabajos no se acercó hasta el lugar ninguno de los inquilinos desalojados de los inmuebles colindantes, sólo una mujer que por culpa del fuego no ha podido entrar todavía en el piso que debía ocupar precisamente desde el pasado jueves.

Unión Fenosa ha recibido ya en torno a 250 reclamaciones, aunque aún no ha cuantificado el coste del siniestro ni las posibles indemnizaciones, indicaron fuentes de la empresa.

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La compañía eléctrica desconoce también las causas del fuego, por lo que no ha podido determinar la responsabilidad del siniestro ni quién tendrá que pagar los daños.

Realojos

Unión Fenosa va a empezar a realojar a 22 familias que vivían en los inmuebles más afectados por el fuego y que se encuentran ahora en distintos hoteles. Según las fuentes consultadas, los vecinos podrán optar entre trasladarse a apartamentos, permanecer en los hoteles o, incluso, en caso de personas de avanzada edad, ingresar de forma temporal en residencias. Ana Botella, concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano, se reunió ayer con los afectados en una pequeña sala del Hotel NH Nacional del paseo del Prado. Nada más concluir, la concejal declaró que los vecinos podían "estar tranquilos" y que el Ayuntamiento procurará que "estén lo mejor posible hasta que puedan volver a sus casas". También afirmó Botella que Unión Fenosa se ha comprometido, tanto si las demuelen como si no, "a dejarlas mejor de lo que estaban".

El director general del área social de Unión Fenosa, Francisco Rojo, manifestó que los realojos se harán "al gusto de las familias": les darán la oportunidad de quedarse en habitaciones de hotel o instalarse en apartamentos de la capital. En ese sentido, Rojo recordó que el domingo pernoctaron en hoteles 29 familias, pero que era previsible que anoche esa cifra se redujera a 21: nueve de la calle de Cenicero, número 6, y otras 12 del número 26 de Almadén. Las otras ocho familias, al hacerse las obras de día, podrán pasar las noches en sus respectivos hogares. "A las 20.00 pararán las máquinas y la zona quedará acordonada", añadió el director general.

La compañía no sabe aún dónde ubicará la nueva subestación que dará servicio a la zona. Para hoy está prevista una nueva reunión con el Ayuntamiento. "Todavía no sabemos dónde estará. Pero, por necesidades del servicio, tiene que situarse próxima a la que había", dijo Rojo.

Grúas municipales inician la demolición de la subestación eléctrica que se incendió el pasado jueves.

 / CLAUDIO ÁLVAREZ
Grúas municipales inician la demolición de la subestación eléctrica que se incendió el pasado jueves. / CLAUDIO ÁLVAREZ

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