Prohibido el baño, coche en el agua

Los trabajadores del complejo deportivo municipal de Boadilla del Monte no podían creer lo que veían sus ojos a las siete de la mañana del pasado jueves: el vehículo usado para el mantenimiento del recinto, un todoterreno marca Isuzu, reposaba bajo más de dos metros de agua en la piscina olímpica, la mayor de las tres que tiene la instalación.

"Ha sido una gamberrada mayúscula", explicó ayer el alcalde de la ciudad, Arturo González Panero (PP). "Los vándalos no sólo entraron a la fuerza en las oficinas y tiraron el coche al agua, sino que además dejaron una nota en el buzón de sugerencias: "Si no ponéis más vigilancia en el complejo, la próxima vez nos comeremos los bollos de la cafetería".

Manuel Asenjo, jefe de la Policía Local de Boadilla, informó ayer de que la vigilancia en el complejo "ha sido reforzada con un guardia por la noches".

Los hechos, según el relato del Ayuntamiento y de fuentes de la Guardia Civil que investigan el caso, sucedieron en la madrugada del pasado miércoles. Un grupo de personas, presumiblemente más de tres, varones adultos jóvenes, saltaron la valla del recinto.

Una vez dentro forzaron la puerta del pabellón polideportivo, donde se encuentran las oficinas. Allí revolvieron varios cajones, aunque no se llevaron el poco dinero que había en ellos. Lo que sí cogieron fueron las llaves del todoterreno, al volante del cual circularon por los 14.000 metros cuadrados de césped que rodea las piscinas, derribaron dos vallas y derraparon sobre la hierba. Los vándalos terminaron su gracia tirando el coche al agua. "No nos lo podíamos creer. Nos quedamos tan sorprendidos que tardamos unos minutos en reaccionar", explicaron los trabajadores del complejo deportivo.

"Tuvimos que alquilar una gran grúa para que pudiera retirar el vehículo sin pisar el césped. Si no lo hubiera destrozado, porque estas grúas pesan toneladas", explicó el alcalde.

El suceso obligó a mantener cerrada la piscina mayor durante dos días, mientras se retiraba el vehículo y se limpiaban los restos de tierra y aceite del agua. Las otras dos piscinas, la infantil y la de 25 metros, siguieron abiertas.

Los gastos para el municipio, sin embargo, no han sido muy importantes. "Hubo que reparar cuatro duchas, el césped, las dos vallas y las cerraduras rotas, pero todo lo han hecho los trabajadores municipales".

"El coche, a pesar de que lo sacamos del agua en sólo dos horas, ha quedado inservible, pero, como lo tenemos alquilado en un contrato de renting, es la empresa la que se hará cargo del coste. A nosotros nos van a poner otro todoterreno nuevo en unos pocos días", explicó el alcalde.

Las investigaciones del caso están en manos de agentes del cuartel de la Guardia Civil de Boadilla. Fuentes del cuerpo explicaron que las huellas halladas en las oficinas del complejo y las indagaciones hechas hasta el momento permiten aventurar un pronto desenlace del caso.

A los responsables de "la gamberrada" les espera una acusación por dos presuntos delitos: daños superiores a 300 euros (la frontera que separa el delito de la falta) y robo.