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LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M | La comisión parlamentaria

Bono criticó la filtración de documentos ante la cúpula del centro

Miguel González

El ministro de Defensa, José Bono, realizó el pasado miércoles su primera visita oficial a la sede del CNI, en las afueras de Madrid. El motivo era imponer la Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, a los ocho agentes del servicio secreto asesinados en otoño pasado en Irak.

Se trataba de una deuda pendiente desde que el Gobierno del PP les impuso una medalla con distintivo blanco, alegando problemas legales para no otorgarles la prevista para tiempos de guerra.

Al acto asistieron, además de familiares de los fallecidos, el director del CNI, Alberto Saiz, y algunos de sus antecesores: Jorge Dezcallar, embajador en el Vaticano, y los generales Javier Calderón y Félix Miranda. En el jardín del complejo, se inauguró un monumento conmemorativo, del diseñador Alberto Corazón.

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Pero el miércoles fue una jornada difícil para el CNI. Y no sólo por el recuerdo de sus caídos. Ese día, la mayoría de los periódicos publicaban el contenido de los informes secretos que habían examinado a puerta cerrada los miembros de la comisión de investigación del 11-M. Además, El Mundo reproducía un informe del 13 de marzo, no enviado al Congreso, que ponía al descubierto el seguimiento al portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi.

Petición de Dezcallar

El malestar en el CNI por estas filtraciones era patente. "Los informes de inteligencia pueden ser mejores o peores, pero ningún Gobierno puede exponerlos al escrutinio público, ni ampararse en ellos para justificar sus decisiones o utilizarlos para agredir al adversario político", afirma un ex alto cargo del centro. "Los servicios extranjeros toman buena nota de lo que hacemos y los terroristas, lleven turbante o txapela, estarán encantados en este momento".

En su intervención en el salón de actos, ante la cúpula del CNI, Bono aprovechó para hacerse eco de este malestar y criticó a quienes "de forma irresponsable" filtran documentos secretos sin advertir que "algunas personas se han jugado la vida" para obtener la información que contienen.

Bono se opuso a desclasificar los informes del CNI. También Dezcallar, que el miércoles volvió por vez primera al centro que dirigió hasta el 19 de abril. Según las fuentes consultadas, el pasado 21 de junio, aprovechando la visita del presidente José Luis Rodríguez Zapatero al Vaticano, donde fue recibido por el Papa, le pidió que no se enviasen los informes al Congreso. Zapatero le prometió pensarlo, pero le advirtió de que el PP estaba presionando.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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