El desembarco de grupos contra el Fórum termina con incidentes
Unos manifestantes llegan al recinto en pateras caseras
El Fórum fue ayer escenario de una protesta de 300 manifestantes de los colectivos que rechazan el evento. Irrumpieron en el recinto por tierra, rompiendo una valla; por mar, en embarcaciones caseras, y por aire, con parapente. La protesta comenzó de forma festiva, pero subió de tono y alcanzó momentos de gran tensión con el enfrentamiento a puñetazos entre agentes de seguridad privada y un sector de los manifestantes.
Durante su marcha, corearon lemas como "no al Fórum de las mentiras", y algunos de ellos realizaron pintadas, lanzaron botellas, saquearon un puesto de comida y rompieron el mobiliario de una terraza. El director general, Jordi Oliveras, fue recibido entre insultos y empujones y recibió una patada cuando se dirigió a hablar con los manifestantes en la plaza. "Fuera de aquí", le espetaron mientras admitía el desconcierto de la organización. Momentos antes, en plena trifulca en el puerto, había recibido golpes el director de Operaciones, Miquel Miró.
Pasadas la cinco de la tarde, cuando los manifestantes ya habían abandonado el recinto, el director general quiso quitar hierro a los incidentes: negó que el Fórum hubiera vivido un incidente de seguridad, criticó la actitud de algunos y afirmó que los daños fueron "más morales que otra cosa". "Quizá nos habríamos complicado la vida si la respuesta de la organización hubiera sido otra", afirmó en clara referencia a la ausencia de agentes de policía durante los incidentes y destacó que la organización optó por no expulsar y velar por la salud de las personas que llegaron por mar.
Al ser interpelado sobre la facilidad con la que el grueso de los manifestantes rompió la valla de seguridad del recinto a la altura de la depuradora, Oliveras afirmó: "Es un problema y reforzaremos las medidas donde haga falta". Miquel Miró calificó de "ejemplar" la actitud de los agentes de seguridad privada. "Hay momentos en los que no puedes evitar que cuando una persona se siente amenazada reaccione", argumentó.
La protesta estaba convocada bajo el lema Paterem el Fórum contra la precariedad, las fronteras y la especulación por decenas de colectivos de la ciudad, entre los que figuraba la Asamblea de Resistencias al Fórum. Comenzó a mediodía con los manifestantes zarpando de la playa de la Mar Bella con colchonetas, barcas hinchables y embarcaciones de fabricación casera. Se trataba de trasladar la realidad de las fronteras y las pateras al perímetro del Fórum, explicaban los organizadores. Las escenas recordaban la película Balseros, con embarcaciones de madera apoyadas en bidones o vallas.
Los manifestantes acuáticos nadaron y remaron durante más de dos horas con el mar picado y el viento en contra, seguidos de cerca por una patrullera y una lancha de la Guardia Civil, además de embarcaciones de la Cruz Roja. Llegaron los que llevaban colchonetas y sólo dos de la decena de pateras y se fueron apostando en las rocas del espigón. Fue en ese intervalo cuando otras 250 personas entraron por la valla, donde sólo había un agente de seguridad. Tras cruzar el parque de los Auditorios enarbolando una bandera pirata, este grupo se unió al del espigón. La protesta no pasó inadvertida a los responsables del espectáculo Fantótems, cuyos títeres gigantes se permitieron bromear y gritaban por los altavoces: "Hombre, si aquí hay 300 anti-Fórum. Bueno, y 300 policías. Yo también soy antifórum", remataban.
Pasados unos instantes, se produjo el enfrentamiento a golpes bajo la fotovoltaica, cuando los manifestantes se disponían a recorrer el Fórum y los agentes intentaban impedirles el paso formando un cordón. Posteriormente, subieron a la plaza, donde Oliveras intentó mediar, y todavía pasearon durante más de media hora antes de abandonar definitivamente el recinto.
En un comunicado que hicieron público entrada la tarde, los manifestantes no se refirieron a las actitudes incívicas de algunos. El texto explica "el sentido de la protesta, contra la mentira que supone el Fórum, denunciando en su propio espacio el descontento que se manifiesta en importantes sectores sociales de la ciudad" y califica la "acción" de "lúdica y divertida". "Queremos diálogo, queremos un mundo donde quepan todos los mundos y queremos la diversidad que forma parte de nosotros mismos, pero sin la tutela del dinero".
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