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ATLETISMO | Reunión de Madrid

Alegrías y decepciones

Los atletas españoles, salvo un pletórico Chema Martínez, afrontan con prudencia sus resultados

José Marcos

Hacía bochorno, el calor caía a plomo y los más optimistas firmaban una entrada digna en el estadio de la Peineta, buque insignia de la candidatura de Madrid para albergar los Juegos Olímpicos de 2012. Pero el público respondió a lo grande. Llenó las siete gradas supletorias en la mejor reunión en pista celebrada en España en unos cuantos años: 330 participantes de 65 países con 192 medallas como botín.

El reparto, eso sí, no daba para muchos cuellos, con Merlene Ottey, con 34 medallas y nacionalizada eslovena dada la dureza de los trials jamaicanos, al frente de los más acaparadores. La velocista de 44 años se declaraba "muy satisfecha de la carrera" pese a terminar sexta con un tiempo de 22,90s en los 200 metros, justo antes de enarcar una ceja cuando se la preguntaba sobre sus opciones en Atenas. "Ya se verá" respondía con esquivos la Dama de bronce -13 metales de esa aleación entre Juegos y Mundiales-, antes de optar por la vía de la diplomacia: "Vista la gente presente y el recuerdo de los Juegos de Barcelona, Madrid es la mejor elección para los Juegos de 2012".

Los atletas españoles, salvo un pletórico Chema Martínez, afrontan con prudencia sus resultados

"Da gusto correr con tanta gente pendiente, me sentía tan a gusto en la pista que con 40 años seguro que llego a los Juegos de 2012. Aquí, en Madrid". Soltaba el piropo entre sonrisa y sonrisa Chema Martínez, exultante tras firmar la mejor marca europea del año en 3.000 metros (7m 39,64s), sólo superado por el corredor de Bahrein Jahwer, 15 centésimas más rápido. "¡Se ve que la niña me da suerte!", respondía entusiasta, padre hace un mes y tan confiado que, "aunque no me propongo metas en Atenas, estando al 100% no me da miedo nadie".

El público disfrutaba con tantas muestras de alegría. "No tengo mucha idea de atletismo, aunque una cosa está clara: esta gente tiene más mérito que los que se dedican a darles golpes a la pelota", aseguró María, vecina del barrio de San Blas, de 45 años, analista de velocistas y mediofondistas por primera vez en su vida.

Más conocimientos y la misma soltura mostraron los atletas españoles preguntados a pie de tribuna. En lo único que se mostraron diferentes era en la forma de ver la realidad de cara a la cita de Atenas, del 13 al 29 de agosto. "Es la primera que salto sin que me duela el pie. Ya es algo", respondió Niurka Montalvo, que con cinco nulos y un salto de 6,36 metros perdió otra oportunidad para firmar la mínima exigida para viajar a Grecia (6,50). "Me quedan más oportunidades, como los campeonatos nacionales dentro de dos semanas en Almería", añadió la campeona del mundo en 1999, muy lejos de sus 7,06 metros. Con un mejor salto de 7,95 metros, Yago Lamela, su compañero de disciplina y de entrenamientos, se mostró tanto o más alegre. "He tenido mala suerte con tanto nulo, así que he saltado para asegurar y mira qué bien me ha ido", respondió el asturiano, que se reconocía convalenciente todavía de un tendón. "Quedan más pruebas para meter el turbo", insistió despreocupado, pese al poderío mostrado por el estadounidense Dwight Phillips en su primer salto (8,36 m) y al mejor estado de forma de Joan Lino Martínez, cubano recién nacionalizado español y segundo de la prueba con 8,15 m.

"No sé que me ha pasado, no tenía que haber corrido tan mal", balbucía consternada Glory Alozie, tercera en los 100 metros valla (12,82s, donde posee una mejor marca personal de 12,57s). "Pero estoy bien, no pasa nada, ya me veréis en los Juegos", repetió, principalmente a sí misma. Mejores síntomas que los de Antonio Reina, sin habla tras finalizar séptimo en la prueba de 800 metros, donde el keniano Wilfred Bungei establecía, en 1m 43,72s, la mejor marca del año y Olmedo y Quesada, quinto y octavo, alcanzaron la mínima olímpica.

Más alegres y dispuestos se presentaron, los dos de golpe, Mario Pestano y Manuel Martínez. "Ahora estamos un poquito torpes, pero queda un mes para afinar" confió con su marcado acento canario el lanzador de disco, segundo con 65,93 metros por detrás del húngaro Robert Fazekas (68,08), campeón de Europa, subcampeón mundial y emulador del Discóbolo de Mirón de otra galaxia. "Me hubiese gustado pasar de los 21 metros, pero...", apuntó Martínez, con un mejor lanzamiento de peso 20,89 metros, que adelantó una primicia: el ucraniano Yuri Bylong, campeón del mundo, lanzaba en Kiev nueve centímetros por encima de los 22 metros. "De todas maneras me ha ganado Nelson, el mejor del mundo en estos momentos"añadió el leonés, en todo momento tranquilo, resignado ante los 21,25 metros del estadounidense. Su segundo puesto supo a gloria para los aficionados, a los que por momentos les faltaron las banderas rusas. Más de uno comentó, con las pupilas dilatadas: "Qué lastima que la tal Feofanova no haya batido su récord... Bien me hubieran venido los 25.000 euros del premio".

Chema Martínez, entre el belga Mourhit (izquierda) y el marroquí El Ghazi en la prueba de 3.000 metros.
Chema Martínez, entre el belga Mourhit (izquierda) y el marroquí El Ghazi en la prueba de 3.000 metros.MANUEL ESCALERA

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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