Mariza y El Cigala cantan en Espirelia, el festival de Lorca
La cantante portuguesa Mariza, principal revelación del fado lisboeta, actúa hoy viernes en Lorca (Murcia) -el 17 en Santa Cruz de la Palma, el 19 en Barcelona, el 23 en Cádiz y el 24 en Zaragoza-, en una sesión doble con la prometedora cantautora catalana Lidia Pujol. Mañana, Diego El Cigala, responsable junto al cubano Bebo Valdés de Lágrimas negras, uno de los discos más premiados de la temporada, cantará acompañado al piano por el hijo de Bebo, el extraordinario Chucho Valdés, fundador del grupo Irakere.
Son las llamadas Noches del Castillo de Lorca, en las que la música suena al aire libre en la Fortaleza del Sol, de origen árabe y desde la que se domina toda la ciudad. Los conciertos forman parte de la programación musical de Espirelia (espirelia.lorca.net), el festival que organiza el ayuntamiento de la ciudad murciana, y por el que ya han pasado este verano Dulce Pontes, Radio Tarifa, Eliades Ochoa o Gwendal.
Durante el mes de julio están previstas las actuaciones de la cantante caboverdiana Cesaria Evora (23 de julio), la mallorquina María del Mar Bonet acompañada por un grupo de músicos sirios y una coral de 50 personas (día 24), el histórico e incombustible grupo inglés Jethro Tull (día 30) o los portugueses Rodrigo Leão, fundador de Madredeus, y Mafalda Arnauth (día 31). Ya en agosto llegarán Fito & Fittipaldis (día 6), los Mártires del Compás (día 20), el pianista y compositor belga Wim Mertens (día 21) o el músico vasco Kepa Junkera con su acordeón diatónico (día 27). Aunque el concierto más esperado es, sin duda, el que va a ofrecer el 7 de agosto el guitarrista Paco de Lucía, que prosigue su extensa gira por Europa. Espirelia se clausura el 28 de agosto con la actuación de Ana Belén y Víctor Manuel en la plaza de toros de Lorca.
Pasión
La portuguesa Mariza Brandão, de 28 años, que actúa esta noche, desarrolla este mes una actividad de intensidad inusitada. En las tiendas coinciden su primer DVD, grabado en directo en Londres a principios de la temporada pasada, y una edición especial de su segundo álbum, Fado curvo, exclusiva para el mercado español, con la incorporación de tres grabaciones inéditas.
Dice Mariza que en el fado "las palabras significan cada día una cosa distinta". Por eso su fulgurante éxito, que en apenas dos temporadas le ha abierto las puertas de los principales teatros del mundo, no le ha hecho caer en "ninguna forma de rutina". Reconoce que grabar discos le resulta una tarea ardua, "porque es difícil transmitir emociones a través de una galleta de plástico", pero no ha perdido la pasión y el hormigueo en el estómago cada vez que se asoma por un escenario. "El fado es bonito cuando se cocina en crudo. Así es su naturaleza". Asegura que escuchar fados es una afición que puede degustarse "con los ojos cerrados o abiertos, igual que soñar".
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