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Tribuna:FÓRUM DE BARCELONA | Opinión
Tribuna
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Bases para el turismo del futuro

Turismo, diversidad cultural y desarrollo sostenible serán los conceptos motores de uno de los grandes diálogos que se producen en el marco del Fórum, que comenzará a partir del 14 de julio. El diálogo abordará una de las actividades posiblemente más controvertidas del mundo actual y con mayor influencia en las relaciones directas entre pueblos y culturas. En sólo unas pocas décadas, el turismo se ha convertido en uno de los sectores de más rápido crecimiento y expansión en el planeta, un poderoso vector de relación intercultural, económica y social que abarca las expectativas de millones de ciudadanos.

No obstante, nos encontramos ante un fenómeno ambivalente. El turismo puede ser contemplado ciertamente como una actividad capaz de impulsar la cohesión social y económica en un mundo desigual, como fuerza creativa para el enriquecimiento cultural mutuo e incluso como un derecho social en el nuevo milenio; sin embargo, también puede convertirse en un vector de destrucción de identidades locales y territorios o en una máquina de homogenización global. Como bien afirmaba R. Fox: "El turismo es como el fuego, puede ayudarnos a cocinar nuestros alimentos, pero también puede quemar nuestra propia casa". Estos complejos desafíos son los que trata de enfrentar el diálogo, con la voluntad de descubrir nuevas vías e identificar experiencias que permitan ahondar en la idea de que el turismo puede ser una actividad en la que se garantiza una coexistencia enriquecedora con los valores culturales y ambientales de los destinos, ya que el turismo es cosa de todos, un complejo mundo de relaciones que involucra a la industria turística, a las comunidades de acogida y a los propios turistas.

En la idea de este gran foro del turismo, coordinado por el Instituto de Turismo Responsable, con la colaboración de los principales organismos internacionales que guardan relación directa con el asunto, como la Unesco y la Organización Mundial del Turismo (OMT), está la posibilidad de abrir nuevas e imaginativas ventanas a la fuerza creadora que subyace en el legado patrimonial de la humanidad, y restaurar el disfrute sostenible de este patrimonio como una premisa básica que debe orientar la práctica del turismo futuro.

Pero en el diálogo este patrimonio se concibe en el sentido más amplio, incluyendo tanto el patrimonio físico como el inmaterial. Se entiende por "patrimonio cultural inmaterial" las prácticas, representaciones y expresiones, los conocimientos y las técnicas que procuran a las comunidades, los grupos e individuos un sentimiento de identidad y continuidad. La conservación y valorización de este patrimonio constituye un aspecto esencial de la oferta turística, y en él se incorporan las tradiciones y expresiones orales, las artes del espectáculo, las prácticas sociales, rituales y festividades, los conocimientos y prácticas relacionados con la naturaleza y las técnicas propias de la artesanía tradicional. Por eso, una visión más creativa de la producción turística permitirá reforzar la pervivencia de este legado y reforzar las identidades locales. Para ser fieles a esta idea se ha procurado que en el diálogo estén presentes no sólo representantes de acontecimientos emblemáticos como las ciudades y lugares patrimonio de la humanidad, o los antiguos museos como el de Bagdad, sino que también se incorporan grandes experiencias de la transmisión de la cultura inmaterial hacia el turismo.

Es una concepción que el diálogo también extiende a lo que se ha definido como el turismo en un planeta vivo. Sabemos que el patrimonio natural conforma una base esencial de la calidad de los destinos turísticos y de la experiencia de los turistas. Pero no se sabe demasiado que del mantenimiento de muchas singulares culturas locales depende que este legado, respetado por generaciones, pueda ser mantenido en el futuro para disfrute común. Este será el nodo central de las experiencias turísticas en áreas de sensibilidad natural y paisajística. La reflexión sobre estos asuntos en el diálogo no sólo abarca el ámbito de la singularidad, ya que estarán presentes los representantes de muchos destinos maduros consolidados, incluyendo ciudades o destinos costeros y de montaña. Juntos tratarán de aportan sus experiencias, dificultades y éxitos, en la difícil tarea de promover estrategias de desarrollo sostenible en sus ámbitos. Autoridades locales y expertos turísticos nos aportarán su visión cargada de experiencia, a sabiendas de que en la diversidad y la segmentación reside le pervivencia de muchos destinos en el futuro. Pero todas estas nuevas ideas tendrían poca efectividad si no existieran acuerdos entre la industria turística, las comunidades de acogida y los actores principales de cada destino. Por eso, el protagonismo de la industria turística -hoteleros, asociaciones turísticas, servicios, agencias, transportistas, operadores turísticos- adquiere especial relevancia en el diálogo. Representantes de todo el abanico del negocio turístico estarán presentes para aportar su visión en torno a las posibilidades de nuevos compromisos y alianzas efectivas para un desarrollo sostenible y culturalmente respetuoso de la actividad. En este gran contexto de debate sobre las formas de turismo y la diversidad de recursos, el diálogo también incorpora inevitablemente un apartado dedicado a la reflexión sobre el desarrollo turístico en la era digital. ¿Será posible aprovechar los nuevos recursos y tecnologías del conocimiento y de la información de tal forma que se eviten las peligrosas homogeneizaciones de la globalización en el ámbito del turismo?

Todas estas cuestiones son las que finalmente darán forma a un encuentro internacional que se desarrollará a través de un amplio abanico de actividades: simposios, talleres, comunicaciones científicas, presentaciones y exposiciones. El diálogo Turismo, diversidad cultural y desarrollo sostenible representa un gran esfuerzo y empieza bajo el signo de la regeneración y renovación de las ideas sobre el turismo en un planeta vivo y rico en diversidad.

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Tomás de Azcárate Bang es director del diálogo Turismo, diversidad cultural y desarrollo sostenible.

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