Radio Futura reúne su antología audiovisual de una década en 21 temas y nueve 'clips'
'Paisajes eléctricos (Lo mejor de 1982-1992)' se compone de dos compactos y un DVD
Doce años después de la separación de Radio Futura, la gran banda de rock español de los ochenta, se edita Paisajes eléctricos (Lo mejor de 1982-1992). Se trata de un cuidado estuche que contiene dos compactos con 21 canciones más un DVD con nueve clips y otras tantas actuaciones en diferentes programas de TVE. En el exterior, en una pegatina se asegura que es "la antología definitiva", pero siempre habrá quien reclame la (ausente) primera etapa pop del grupo, con canciones tan memorables como Divina o Enamorado de la moda juvenil.
Para Santiago Auserón, cantante del grupo, "aquél era otro concepto, muy marcado por las ideas warholianas de Herminio Molero. Nosotros tres estábamos allí, pero sólo nos responsabilizamos del periodo rock, que comienza con la refundación de 1981, con La estatua del jardín botánico". Los tres son Santiago, su hermano Luis Auserón (bajista) y Enrique Sierra (guitarrista). Ellos convirtieron el acto de presentación de Paisajes eléctricos, celebrado esta semana en la SGAE, en una requisitoria contra el empobrecimiento musical que vive España. "No es cuestión de echar las culpas al ogro de Operación Triunfo, siempre ha habido la tendencia a apoyar la música más ligera, más pobre, más elemental. Si Radio Futura empezara ahora mismo con estas canciones, seguramente no encontraríamos receptividad ni en los medios ni en la industria", aseguró Santiago. "Tuvimos la fortuna de vivir uno de los raros momentos en que este país se abría a la belleza, a propuestas nuevas, y no sólo en lo musical. Pero la historia del rock español es la de una herencia frustrada: cada década tiene un periodo de esplendor que se pierde en la siguiente, por cainismo o por las deficiencias atávicas de nuestra memoria histórica".
Según Sierra, formar hoy un grupo de rock es una tarea suicida: "Por eso hay tantos proyectos que se desvanecen tras sacar uno o dos discos. Inevitablemente, la creatividad se desplaza hacia los chavales que trabajan con sus máquinas en una habitación de la casa de sus padres. Pero eso no es exactamente rock ni tiene una expresión de directo muy estimulante". Aun así, tanto Sierra como Luis Auserón trabajan como productores de grupos jóvenes, mientras Santiago mantiene la aventura de Juan Perro, que prepara para el próximo año una colección de versiones de temas de los sesenta y los setenta.
La novedad de Paisajes eléctricos frente a anteriores recopilaciones o reediciones de Radio Futura es la presencia del material audiovisual. Para Santiago "es asombroso descubrir que actuamos en el Festival de Benidorm de 1983, que había en TVE programas que permitían, que alentaban el directo". Los clips revelan, según Luis, la inocencia de aquel medio: "Son documentos de su tiempo y tienen una ternura especial. Reflejan la visión de unos realizadores o el presupuesto con que contábamos: no es algo que nos obsesione como la música, donde todavía te pueden atormentar determinadas decisiones musicales o de producción".
Paisajes eléctricos cuenta la prodigiosa aventura de un grupo que se forjó en la teoría y en la acción. Para Santiago, "lo de la nueva ola, más conocida como movida, fue un fenómeno equivalente al destape: aspirantes a músicos que salían en pelotas al escenario, sin saber mover los dedos por el mástil de la guitarra". Lo que siguió fue un viaje que les llevó a las costas mediterráneas y a la España del interior, a Nueva York y a Jamaica: "El reggae resultó ser uno de los lenguajes musicales que mejor se adaptó al discurso de Radio Futura. Hacia los días finales llegó el descubrimiento de las posibilidades del son cubano, lo que llamábamos en broma rock montuno, pero ya no pudimos integrarlo".
Inevitablemente brota el fantasma de una posible reunión. No es posible, explica Luis: "Nos agarrotaría la responsabilidad de alcanzar un nivel equivalente al de estas canciones. Sería una lástima comprometer una reputación tan redonda". Santiago justifica la ruptura de 1992: "Habíamos entrado en una dinámica industrial donde perdimos el control de nosotros mismos. Tal vez pudimos optar por una vía intermedia, frenando la máquina aquí y allá, pero nos liamos la manta a la cabeza e hicimos lo que entonces creímos adecuado". Para Enrique, la tentación de la resurrección surge "cuando te involucras en trabajos que no tienen ni rendimiento económico ni respuesta en los medios: si los tres estamos juntos, se nos hace mucho más caso"· Remata enigmáticamente Santiago: "Seguiremos colaborando ocasionalmente y observando la evolución de la herencia de Radio Futura".
Babelia
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