_
_
_
_
Reportaje:FÓRUM DE BARCELONA | Actividades

El delicioso regalo de los sij

La comunidad del Punjab ofrece platos de su cocina a la comunidad religiosa

Clara Blanchar

Los hombres sij de mediana edad que han acudido al Parlamento de las Religiones -de blanco blanquísimo, impecable turbante y cuidada barba- emplean un buen rato para explicar sus creencias y tradiciones. En cambio, las jóvenes que preparan los deliciosos platos que alimentan a los participantes del encuentro -con saris de vivos colores y abundante maquillaje- son mucho más directas: "Los sijs salimos en la película Quiero ser como Beckham, la de la joven sij de Londres que quiere ser futbolista y su padre se opone, y en La boda del monzón, la de la familia de sijs que viven por todo el mundo y se reencuentran en la India después de años si verse".

Sin gota de frivolidad pero sí con espíritu práctico, Manvir y Rupi, de 18 años, hablaban ayer en correcto castellano de su religión, de la importancia del diálogo y de la experiencia de cocinar de forma voluntaria para miles de personas.

Es el regalo que ofrecen los sij al resto de participantes en el Parlamento para festejar el 400º aniversario de sus textos sagrados y se ha convertido en la cita diaria que nadie en la troupe del Fórum se quiere perder.

Manvir y Rupi son estudiantes y se han desplazado desde Birmingham, la ciudad británica que alberga la mayor comunidad sij de Europa y de la que proviene el grueso de los 350 voluntarios del comedor de los participantes en el Parlamento. Muchos de estos cooperantes se alojan en las tiendas de campaña militares y utilizan la infraestructura que en agosto acogerá a los participantes en el Festival Mundial de la Juventud. "Se está tan bien, junto al mar...", suspiraba Rupi.

En total, los sijs son 20 millones: dos tercios viven en el Punjab, la región india de donde son originarios, y el resto está repartido por todo el mundo: en Gran Bretaña existen 600.000 fieles. "Las cinco claves del sijismo son: el pelo, que no se puede cortar y cubrimos con pañuelos las mujeres y con turbantes los hombres; la kara, una pulsera de plata artesanal que lució el guru fundador y que todos llevamos; la daga que llevan los hombres escondida bajo la ropa; el kanga, un pequeño peine que simboliza la pureza; y los pantalones blancos tipo bombacho que utilizamos de ropa interior", explicaba ayer Manvir mientras troceaba pequeñas patatas a toda velocidad.

Las manos, como las de Rupi, decoradas con henna y con las uñas pintadas de mil colores, removían posteriormente el tubérculo con yogur.

"Cocinamos platos sij, como tortas de harina, garbanzos guisados o arroz al curry, y recetas de todo el mundo, como patatas fritas, arroz con verduras, ensaladas de queso y tomate, o pasta", continuaba sin parar de remover y mirando de reojo a una mujer mayor que le daba prisa con la mirada. Todos los platos son vegetarianos, porque los sij no comen carne, pescado ni huevos. Y riegan la comida con agua o Somos 51, un refresco de cola y guaraná.

Tanto la cena del miércoles como la comida de ayer fueron multitudinarias y una nueva muestra del colorido que esta semana puebla el Fórum. La bienvenida la daban las estanterías en las que los comensales debían depositar sus zapatos.

Tras lavarse las manos y taparse la cabeza con un pañuelo blanco, se trataba de sentarse en el suelo formando hileras.

Así comen los sijs, todos juntos y en el suelo, para eliminar las diferencias que separan a las castas de la India y que ellos no reconocen, según explicaba ayer Karpar Singh, un catalán que adoptó la fe sij hace 15 años y que lleva meses preparando desde Barcelona la iniciativa del comedor junto a la organización de Birmingham que ha gestionado el dispositivo. Singh significa 'león', y es la denominación que reciben todos los hombres sij.

La de las mujeres es kaur, princesa. Esta vez, leones y princesas comparten mesa con sus homólogos de decenas de religiones bajo la carpa instalada junto a la Mar Bella, en el mismo solar que hace sólo unas semanas acogía las casetas de agupaciones andaluzas, el pescaíto frito y las sevillanas de la Feria de Abril. Es el Fórum.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_