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Entrevista:JOHN CALE | Músico de pop

"El 'rap' siempre consigue sorprenderme"

Iker Seisdedos

John Cale se comporta con la autoridad de una leyenda del rock adulto. Pero viste como un adolescente con monopatín. Elige pantalones cortos, deportivas y camisa fina para hacer frente al calor de Fuengirola antes de su concierto en el AV Festival. Cale presentó ante 1.500 personas las canciones de Hobosapiens, un trabajo en el que vuelve a mostrar la "innovación accesible" de su música. La trayectoria de este iconoclasta, galés de nacimiento, neoyorquino de adopción, bien podría servir para trazar la historia de cuatro décadas de rock. Aportó su piano hipnótico y el chirrido de su viola a The Velvet Underground, el grupo que vino a subvertir el orden de la música pop. Más tarde, ya en solitario, se convirtió en el cantautor elegante que aún es a sus 62 años. Pese a todo, se apresura a dejar claro que le "aburre" hablar del pasado. "Nada anterior a tres años me interesa". Sobre todo, si el tema es Lou Reed, su némesis, el hombre junto al que lideró The Velvet Underground y con el que compuso a finales de los ochenta Songs for Drella, un disco homenaje a Andy Warhol, mentor de ambos, y que supuso otra fallida reconciliación.

"Preferí cambiar a Stockhausen por el pop, una música capaz de transmitir más"

Pregunta. Está a punto de cumplir 40 años en la música.

Respuesta. No pienso mucho en el tiempo. Y mucho menos de un modo melancólico. El otro día estaba con alguien en Nueva York viendo en una exposición viejas fotos de la Velvet Underground, de los tiempos de la Factory de Andy Warhol, y alguien me preguntó por el tipo de amplificación que usábamos entonces. ¡Conectábamos todos los micrófonos y guitarras a un mismo amplificador! Así sonaba... Cuando pienso creo que es mucho mejor ahora. Entonces había mucha más energía. Pero no el modo de canalizarla.

P. Entre sus múltiples facetas, ¿con cuál se queda?

R. Sin duda, con la de escritor de canciones. He compuesto música clásica y he participado de la vanguardia. Y esto, indudablemente, me ayuda a componer. Podía haberme quedado atascado en Stockhausen. Pero preferí cambiarlo por el pop, una música capaz de transmitir más. Es una decisión que tomé a primeros de los sesenta, después de mis experiencias con Lamonte Young y John Cage. Entonces, no sabía mucho de nada y actuaba de un modo bastante inconsciente. Cuando tenía 17 años quería formar parte de una banda de rock. Pero cuando entré en The Velvet Underground creo que no fui consciente de lo que estaba haciendo.

P. Deseaba acercarse a una audiencia mayor...

R. En cierto modo. El pop puede ser una herramienta para llegar a más gente. Pero no se confunda. La gente cree que el pop es una música sólo para hablar del amor, y yo no quiero hacer eso continuamente. No es un concepto con el que me sienta confortable. Es un concepto muy usado, me aburre que todo el mundo finja saber lo que es.

P. En Hobosapiens, su último disco, ha vuelto a conseguir el extraño maridaje entre lo más accesible y lo más innovador.

R. Me gustan las melodías y siempre ha sido así. De modo que eso no es nada nuevo. Lo novedoso de Hobosapiens es cuánto de mí mismo he puesto en las canciones. La técnica me permite cambiar de idea más rápido y, en cierto modo, tengo la sensación tranquilizadora de que puedo equivocarme rápido. Y cambiar de idea, claro. Estoy contento con el resultado. Creo que ha quedado bastante hipnótico. He encontrado un camino y pienso seguirlo. No tengo muy perfilado mi próximo álbum, en el que ya estoy trabajando. Pero sé una cosa: será más rockero. Habrá más guitarras.

P. No parece con ganas de abandonar la música.

R. No. Orfeo se cansó de la música y se convirtió en un cortador de vidrio. ¡Y se volvió loco! Yo no quiero enloquecer. Mi relación con la música podría definirse como una obsesión. Supongo que algún día aparecerán unas señales que me indiquen que es hora de dejarlo. De momento, no hay rastro de ellas.

P. La crítica ha saludado su álbum y el de Robert Wyatt como dos de los más valientes de 2003. ¿Cree que la juventud carece de ideas?

R. No. Hay un montón de energía. Sobre todo, proviene del rap. Hay algunos productores de hip-hop que siempre consiguen sorprenderme. Me gusta porque me ayudan a limpiar mis oídos. Los escucho y pienso: "Nunca había oído nada parecido. ¿De dónde sale?". Últimamente, el rap siempre consigue sorprenderme.

P. Hace siete años declaró que Internet iba a cambiar la música. ¿Lo ha conseguido?

R. Apple y el Ipod

[un aparato que permite almacenar música bajada de la Red] era lo que la industria estaba esperando. Creo que demostró que había una forma lógica de afrontar una crisis: cobrar por las descargas.

John Cale, durante su actuación en el AV Festival, de Fuengirola.
John Cale, durante su actuación en el AV Festival, de Fuengirola.
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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.

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