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Duran afirma que el desánimo no debe llevar a Unió al radicalismo

Josep Antoni Duran Lleida no quiere que Unió Democràtica de Catalunya (UDC) pretenda desahogar el desconcierto y el desánimo de la pérdida del Gobierno a través de propuestas irresponsables que diluyan las bases ideológicas del partido. Ése es el principal mensaje que ayer lanzó a su militancia el dirigente democristiano en la Escuela de Verano Manuel Carrasco i Formiguera, en Platja d'Aro (Baix Empordà).

Duran advirtió de que la base ideológica de su partido "no está de moda" y tiene una limitada penetración en la sociedad. El político insistió en que esta penetración debe realizarse a través de la federación de CiU. Duran negó la fusión de ambos partidos y aseguró que si Unió diluyera su identidad no podrían realizar su aportación a la federación.

Corazón y cabeza

El líder democristiano aseguró que Unió debe recuperar la confianza y evitar "el desconcierto y el desánimo" que sienten algunos. Duran dijo que el debate que el partido realizará en octubre, fecha en que celebrará su congreso, debe ser intenso pero "sin mirarse demasiado el ombligo". El político lanzó una clara advertencia para frenar las veleidades o las frustraciones de los militantes que han perdido sus cargos a través de propuestas demasiado audaces o radicales. "Ahora más que nunca, debe hacerse un debate responsable. No vale desahogarse", aseguró. Duran llegó incluso a pedir a aquellos que están "enfadados" porque ya no son diputados o han perdido el cargo de director general que no se dediquen a "chinchar" con determinadas enmiendas que antes, durante la permanencia en el poder, no se habían atrevido a presentar. En su opinión, existe una desconexión entre la militancia y el electorado, de ahí que emplazara a Unió a "abrir las ventanas y escuchar que la música es diferente en la calle".

El dirigente democristiano revisó durante su discurso de clausura de la Escuela de Verano algunos de los fundamentos de la identidad de su partido. Duran aludió a la defensa de la unidad familiar y el matrimonio, y al derecho de los padres a escoger una escuela para sus hijos. Respecto a la emigración, advirtió de que su visión no coincidía con la de los cristianos de base que estos días defienden papeles para todos en Barcelona. El político expresó su convencimiento de que los problemas de la inmigración "no pueden resolverse con el corazón, sino con la cabeza" y advirtió de que "hay que tener cuidado con la multiculturalidad" para que no pueda hacer desaparecer los propios valores.

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