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Héctor Alterio recibe con 'Yo, Claudio' una enorme ovación en el Teatro Romano de Mérida

Héctor Alterio realiza en Yo, Claudio una de las más atractivas propuestas teatrales posibles. El montaje dirigido por José Carlos Plaza de la versión de José Luis Alonso de Santos sobre la obra de Robert graves inauguró en la noche del jueves el Festival de Teatro Clásico de Mérida y recibió una de las mayores ovaciones que se recuerdan en el Teatro Romano.

"Ha cobrado vida un sueño", decía exultante al término del estreno José Luis Alonso de Santos. Su entusiasmo estaba justificado. Han sido siete años de duro trabajo para proyectar por primera vez al teatro la hermosa historia que en 1934 el escritor inglés Robert Graves estructuró sobre la vida de Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico. Alonso de Santos reduce a dos horas y media de representación, con un cuidado exquisito, Yo, Claudio y Claudio el dios y su esposa Mesalina.

El mismo entusiasmo mostró Williams Graves tras presenciar el estreno de la primera adaptación que se hace de la obra de su padre: "Una maravilla. Estoy muy emocionado", espetó en un perfecto castellano. "Pensad que esto se escribió en 1934, en Deià (Mallorca), en un momento en el que Hitler comenzaba a estar en auge. Lo que hemos visto es Roma, pero pensando también en ese sistema nazi que está llegando. Por eso, Claudio pregunta insistentemente qué pasó, qué pasó. La obra se debe representar en Mallorca, en todo el mundo".

Ilusionado como un principiante, Héctor Alterio lanzó un suspiro de tranquilidad y satisfacción al ver la reacción del público. Recibió una de las ovaciones más profundas que se hayan escuchado nunca en el Teatro Romano. Había vivido , muy nervioso, unas horas previas excitantes. Admitió que en los ensayos mostró un estado de nerviosismo y ansiedad porque no encontraba los momentos adecuados para recuperarse físicamente: "¿Qué ocurrió en el estreno? El calor del público y encontrar ese espacio me tranquilizó". "Vi la serie televisiva hace 30 años en Londres", recordó Alterio. "No me perdí ningún capítulo, pero ni pensé que podía llevarse al teatro, ni mucho menos que fuera yo a protagonizarla".

Sorpresa

Hay un punto de modernidad en la utilización de la escena romana, con una pantalla enorme que proyecta la propia actualidad del drama de Claudio y una inmensa cortina negra convertida en un bosque de muerte. A todos cogió de sorpresa la propuesta de José Carlos Plaza, magnífico en la dirección de actores.

Encarna Paso, en su papel de la malvada Livia, abandonó su retiro para afrontar este reto. "Esta sensación sólo la sentí con Doña Rosita la soltera. Ha sido un estreno grandioso, de los más importantes de mi vida. Puede ser el broche de oro para mi retiro definitivo", confesaba.

Finalmente, todos coincidieron en que pocas veces el Festival de Teatro Clásico de Mérida había arrancado con tan buenas vibraciones.

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