La música ritual y terapéutica de los gnawas llega al Fórum
Estas hermandades musicales rinden tributo a su pasado como esclavos
Los gnawas son músicos que descienden de esclavos y que ofrecen un espectáculo con rasgos religiosos y sagrados ante un público normalmente muy entregado a los ritos espirituales. No en vano estos hombres eran los miembros que animaban los rituales iniciáticos, festivos y terapéuticos de las cofradías que veneraban -y aún hoy lo hacen- a Bilal, un esclavo negro de Mahoma que llamaba a la oración del islam. Ahora han llegado al Fórum
Sus ropas son el símbolo del mestizaje de estos hombres: ganduras (blusas árabes) de varios colores y gorros de corte africano. Sus antepasados proceden del África negra, pero desde hace varias generaciones sus familias viven en Agadir. Mohamed Bakari cree que sus ancestros pisaron por primera vez Marruecos a principios del siglo XIX. Sin embargo, el tránsito de esclavos hacia el Magreb se remonta a 200 años antes. Procedían de Malí, Nigeria, Ghana y la región occidental del Sudán. Cuando llegaron a Marruecos, se reagruparon en hermandades y cofradías que empezaron a profesar el islam.
"Tocamos música tradicional, que no se aprende en las escuelas. Conocemos las piezas porque nos las enseñaron nuestros padres. Y a ellos se las transmitieron sus abuelos, de forma que se trata de un legado generacional que ha perdurado en el tiempo de forma intacta", explica Bakari.
El espectáculo empieza con ritmos muy suaves y con pequeños fragmentos en árabe que provocan una cierta sensación de reiteración. Todo empieza a acelerarse bastante pronto. Los miembros empiezan a moverse con un frenesí acuñado por la marca de sus orígenes. Se descalzan y empiezan a jugar con los puños y los tobillos, recordando unos pasos que rinden tributo a su pasado de esclavos. Trazan un corrillo y empiezan a tocar los qarqebates, unas castañuelas con las que emiten un sonido metálico.
En el Fórum presentan una pequeña parte de una ceremonia con multitud de ritos y danzas. Cuenta la tradición que Bilal, el máximo emblema de los gnawas, fue capaz de curar con esta música los dolores que padecía la hija del profeta.
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