Momento inaugural

Los fondos de renta fija global reparten sus inversiones entre los diversos países del mundo aunque, por razón del peso económico, la mayor parte las centran en bonos y obligaciones de EE UU, Europa y Japón. Sin embargo, por repartida que esté la inversión, en 2004 va a ser muy difícil que esta clase de fondos halle un lugar donde refugiarse, a menos que sea desvirtuando su vocación inversora (la renta fija), o cubriendo las carteras con opciones y futuros en los momentos en que los precios caen y evitar así el impacto negativo sobre su rentabilidad.

Y es que los gestores de fondos de renta fija están pasando por un momento crítico que, incluso, trascendiendo lo coyuntural, podríamos calificar de histórico: el cambio de ciclo en los tipos de interés, tras 22 años de caída más o menos continuada que los ha llevado, en la deuda pública española, desde niveles del 18% al 3,50% que rozaron por estas fechas en 2003.

La bajada de tipos de largo plazo favorece las rentabilidades de estos fondos y su incremento las perjudica. Esta afirmación de un hecho que parece muy contraintuitivo es la que trae de cabeza a sus comercializadores: ¿cómo explicar al partícipe que la rentabilidad de los fondos baja cuando los tipos de largo plazo suben? Una manera sencilla podría ser ésta: cuando las nuevas emisiones de bonos del Tesoro o de renta fija privada tienen un cupón más alto que las que se realizaron un mes antes, éstas últimas dejan de ser atractivas. De ahí que el fondo que decida desprenderse de ellas obtenga un precio menor que el de su compra. Esa nueva cotización más baja debe aplicársela la gestora a todos los fondos que las conserven en su cartera (la ley obliga a que sean valoradas diariamente a precios de mercado), por lo que el efecto negativo se hace sentir tanto si el fondo ha materializado las minusvalías (vendiendo los bonos) como si no lo ha hecho. De modo que los fondos están dejando atrás un largo periodo en el que obtenían plusvalías por el solo hecho de tener renta fija en cartera, e inaugurando otro en el que, como tendencia, ocurrirá lo contrario.

Los mercados de renta fija han estado muy nerviosos en los dos últimos meses, al acentuarse una subida de tipos de largo plazo iniciada en junio de 2003. Pese a ello, los fondos de renta fija global están capeando el temporal: ganan en promedio un 1,34% en 2004, y tienen pérdidas de 1,26% para los 12 últimos meses (aunque éstas deban ser atribuidas en parte al 2,4% de depreciación del dólar frente al euro). Los domiciliados en España han logrado atraer clientes y crecer desde junio pasado un 9% (acumulan un patrimonio de 3.500 millones).

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.