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Reportaje:

A toda mecha

La Guardia Civil detecta a jóvenes que compiten en los tramos abiertos de la autovía Córdoba-Antequera

La autovía entre Córdoba y Antequera ha sido un reclamo constante de políticos y ciudadanos en estos últimos años. Las obras continúan y hoy sólo están abiertos dos tramos, entre Aguilar de la Frontera y Lucena. Con ello, se han sellado dos puntos negros de la N-331, una carretera sembrada de víctimas mortales y Ramos de flores en su memoria. Pero la nueva vía, en perfecto estado y con un trazado gozoso ha abierto otro peligro: la velocidad.

En dirección Málaga, hacia donde irán miles de veraneantes cordobeses este verano, los dos tramos abiertos de unos 30 kilómetros se sitúan en el punto más desesperante para circular, en la entrada de Aguilar de la Frontera. Eso provoca que el conductor llegue a la autovía como quien lleva tres días andando por el desierto y encuentra una fuente de agua fresca. En muchas ocasiones lo pagan con el acelerador.

La Guardia Civil de Tráfico ha detectado en los últimos meses 139 denuncias por exceso de velocidad. En opinión del jefe del Subsector de Tráfico, Aníbal Luis, es mucho para los radares habilitados y la frecuencia de los controles.

Pero algunos datos son escalofriantes: un BMW a 226 kilómetros por hora, un Opel a 219... Y así una larga lista de velocidad desorbitada, incluso vehículos que parecen que se van a descuajeringar, circulan a más de 160 por hora. En resumen, por la A-45 sólo el 30% de los vehículos circula a la velocidad permitida. Los radares sólo se activan a partir de 140 kilómetros por hora.

Pero uno de los acontecimientos más macabros detectados por la Guardia Civil es la existencia de un grupo de jóvenes que se dedican a competir en las noches de los fines de semana. Los agentes ya tienen localizado uno de los vehículos, un Ford Focus, que esperan que caiga ante sus radares de un momento a otro. Son dos o tres conductores de la zona entre Puente Genil y Lucena. La competición comienza en la zona de Monturque y llega a Lucena porque a la altura de Aguilar de la Frontera la autovía comienza con una cuesta pronunciada. La descerebrada diversión consiste en que unos se colocan al comienzo del recorrido y otros al final para cronometrar el tramo.

Pero la A-45 no es la única que padece la velocidad. En la A-4, que lleva desde Córdoba a Sevilla y Madrid, se han registrado velocidades que ponen los vellos de punta. A pesar de que no está en tan buen estado y el trazado es más cerrado que la A-45, la Guardia Civil llegó a detener a un extranjero que iba a 256 kilómetros por hora.

Aníbal Luis no deja de incidir en que la mayoría de los accidentes que se han registrado en la A-45 son por exceso de velocidad. "Está estadísticamente demostrado que al ir a más de lo permitido uno no ve cuatro de cada diez señales", afirma. Las distracciones son constantes. Y los accidentes también.

Volando sobre la autovía

Desde que se inauguró el segundo tramo de la autovía entre Córdoba y Antequera, en marzo, se han registrado ocho accidentes. La mitad fue consecuencia del exceso de velocidad, uno por distracción, otro por ingesta de alcohol y el último, por el cruce de un animal. Pero los provocados por exceso de velocidad tienen un peligro añadido. "Si hay accidentes por exceso de velocidad, los coches salen volando", resume el jefe del Subsector de Tráfico de Córdoba, Aníbal Luis.

"El exceso de velocidad y la distracción conlleva la salida", agrega. Con velocidad desorbitada, hay muchas posibilidades de que al salirse se invada el carril contrario. Eso es lo que ha ocurrido en uno de los accidentes de la A-45. Por suerte, el vehículo que se salió no coincidió con ningún otro en sentido contrario.

La consecuencia de un choque frontal de este calibre suele aparejar la tragedia, como ocurrió hace unas semanas en la carretera de Las Pedrizas (Málaga), donde murieron el conductor del Ford Focus que invadió la calzada contraria y el del BMW contra el que colisionó.

Las autoridades son conscientes del peligro de la velocidad. Por eso, este verano se llevará a cabo un plan para controlarla. Se desplegarán más radares. Entre Madrid y Córdoba habrá hasta 24 detectores. En la A-4 entre Córdoba y Sevilla habrá cuatro radares y otros dos, en la A-45. Además, con la nueva legislación vigente desde enero pasado, la Guardia Civil ya no está obligada a detener el vehículo y notificar la multa, sino que ésta llega directamente al domicilio.

Otro de los peligros de la A-45 ha sido la entrada de animales en la calzada. Se supone que estas vías deben tener su trazado vallado para evitarlo, pero no se acometió en el caso del segundo tramo de la A-45, inaugurado a toda prisa antes de las elecciones generales del 14 de marzo.

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