Panorámicas de la bahía de Denia
LA POSADA DEL MAR, detalles cuidados en el puerto alicantino
Por historia que no quede. El edificio ha venido funcionando desde el siglo XIII como atarazana, galpón y aduana antes de que la familia Ferrer lo convirtiera en hotel aprovechando el tirón turístico de Denia, cuya estación náutica, en la raya entre Valencia y Alicante, acrecienta temporada a temporada su importancia mediterránea. De lejos, y también de cerca, se parece mucho a un parador de los de antes, anclado en las aguas de las apariencias nobiliarias, los doseles rimbombantes, bitácoras, ánforas, forjados, barandillas de nudos y cuadritos de época. Una agencia inmobiliaria, propiedad de los Ferrer, comparte las instalaciones hoteleras a ras de calle, apoyada en la ventaja que le otorga su estratégico emplazamiento, justo a los pies del castillo, en el punto más bullicioso y alegre de la ciudad.
LA POSADA DEL MAR
Categoría oficial: 4 estrellas.
Dirección: plaza de les Drassanes, 2. Denia (Alicante). Teléfono 966 43 29 66. Fax 966 42 01 55.
Internet: www.laposadadelmar.com.
Instalaciones: garaje a 200 metros, salón de estar, sala de convenciones para 50 personas, jazz-bar.
Habitaciones: 14 dobles y 3 'suites'; todas con baño, calefacción, aire acondicionado, teléfono, minibar, TV vía satélite, radio, secador de pelo, albornoz y carta de almohadas. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite perros.
Precios: temporada alta, 160 euros + 7% IVA; temporada baja, 110 euros + 7% IVA; desayuno incluido; garaje, 12 euros + 7% IVA. Tarjetas de crédito: Master Card, Visa, 6000.
Arquitectura ... 6
Decoración ... 5
Estado de conservación ... 8
Confortabilidad habitaciones ... 7
Aseos ... 8
Ambiente ... 5
Desayuno ... 3
Atención ... 6
Tranquilidad ... 3
Instalaciones ... 5
Es complicado aparcar en el entorno. Tras la descarga momentánea de las maletas, frente a la puerta, hay que rodear la manzana y enfilar una calle adyacente para guardar el coche en el garaje habilitado por el hotel. Frente a la recepción se dispone un minúsculo salón de lectura y un concurrido piano-bar con otro acceso lateral utilizado desde la fresca por paseantes y parroquianos adictos a su terraza, orientada hacia la marina. Huele todo el hotel a ambientador fenólico mezclado con la sal y los aromas portuarios, tan inclasificables como el colorido y las texturas de las flores sintéticas que exornan el descansillo de los pisos.
Con una azotea
Más que personalidad, cada una de las habitaciones acredita un tamaño y una morfología diferentes, con vistas a veces muy agraciadas, como en el caso de la suite Fragata, de casi 100 metros cuadrados, cuya azotea (bañera de hidromasaje incluida) contornea por completo la fachada y ofrece la mejor panorámica de la bahía de Denia. Su escaso atractivo ornamental tiene la orza de un sinfín de adminículos domésticos y otros detalles que ni en los mejores hoteles de cinco estrellas. Pero, mientras sea posible, conviene alejarse de las habitaciones delanteras, más expuestas al ruido de la marcha nocturna y de los tubos de escape de las motos.
ALREDEDORES
A AMBOS EXTREMOS de la ciudad se extienden las playas de Les Marines y Les Rotes. Al borde del mar se encuentra El Pegolí, un restaurante con tradición donde regalarse arroz y buenos pescados. De un lado a otro, la carretera litoral aproxima a los pueblos turísticos de Jávea, Moraira, Calpe y Altea, en la provincia de Alicante, y Oliva, en Valencia. En la ladera del Montgó, camino hacia Jesús Pobre, se puede practicar el golf en el club La Sella. En el enclave pintoresco de Benidoleig se puede visitar la Cova de les Calaveres.
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