Los líderes se enzarzan en el debate sobre el nuevo presidente de la Comisión
Solana cuenta con el apoyo francés y el consenso general para ser ministro de Exteriores
Los líderes europeos se enzarzaron anoche en Bruselas en un debate sobre quién debe ser el próximo presidente de la Comisión Europea en sustitución del italiano Romano Prodi, cuyo mandato concluye el próximo octubre. La candidatura del primer ministro belga, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, fue contestada por el británico, Tony Blair, y buena parte de los líderes conservadores, que apostaron por el comisario de Asuntos Exteriores, el inglés Chris Patten. De nuevo, el eje franco-alemán frente a Londres. El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, rechazaba entrar en el bombo. A la una de la madrugada, Los 25 optaron por levantar la sesión y reanudar hoy el debate.
El belga Verhofstadt tenía posibilidades hasta que el domingo sufrió un varapalo electoral
Los conservadores europeos propusieron al británico Patten como su candidato
"Nadie ha conseguido los apoyos suficientes", declaró al concluir la reunión el primer ministro irlandés y presidente de la UE, Bertie Ahern. "Hemos manejado ocho o nueve nombres. No es que haya peleas, sino opiniones firmes diferentes", agregó. Verhofstadt había sido considerado un candidato con enormes posibilidades hasta que el domingo pasado sufrió un varapalo electoral en Flandes y dejó a su partido por debajo de los democristianos y de los ultraderechistas del Vlaams Blok. La ocasión fue aprovechada por sus enemigos, encabezados por Blair (lo considera muy federalista) y el italiano Silvio Berlusconi (lo criticó por sus discrepancias sobre la guerra de Irak).
Los conservadores europeos, además, ya habían anunciado que Verhofstadt no era de su agrado. Ayer, a pocas horas de comenzar la cumbre, consumaron sus intenciones y, en su habitual reunión previa a las citas europeas, propusieron a Patten como candidato oficial del Partido Popular Europeo (PPE), la formación ganadora de las recientes elecciones europeas (278 escaños de los 732 de la Eurocámara), pese a que en contra del británico hay dos datos considerados incompatibles para el puesto: no habla francés y procede de un país que no participa en todas las políticas de la UE (Reino Unido no está en el euro ni en Schengen), una condición, esta última, destacada ayer mismo por el presidente francés, Jacques Chirac.
No sólo eso. La opción de Patten no logró la unanimidad ni en la propia familia del PPE. Portavoces franceses se apresuraron a decir que París no apoyaba al británico y que otros tres primeros ministros conservadores, entre ellos el luxemburgués Jean-Claude Juncker, tampoco. Por eso, la estrategia del PPE fue interpretada de inmediato como una estrategia negociadora de los conservadores para anular la candidatura de Verhofstadt. El líder del PPE en la Eurocámara, el conservador Hans-Gert Poettering, fue explícito: "Haré todo lo posible para que no tenga el apoyo del Parlamento" si es designado.
Jacques Chirac también fue muy explícito ante los periodistas. Para el líder francés, el presidente de la próxima Comisión debe contar con "una calidad excepcional" y, sobre todo, tiene que ser "alguien con una cultura y una experiencia europea fuertes". O sea, no alguien que provenga del Reino Unido. Para disipar dudas y evitar conjeturas, Chirac agregó: "Verhofstadt es un buen candidato".
Sin apoyos suficientes
Después de la cena, los líderes hicieron un receso. Volvieron a reunirse pasadas las 23.30 y, de madrugada, sólo trascendió que ni Verhofstadt ni Patten contaban con apoyos suficientes pese a que ésta es la primera ocasión en la que la nominación puede hacerse por mayoría cualificada, sin derecho a veto. Los nombres de Michel Barnier, ministro francés de Exteriores, y de José Manuel Durão Barroso, también fueron manejados.
Ningún recelo, por el contrario, levantaba la candidatura del español Javier Solana para prorrogar su cargo de Alto Representante para la Política Exterior de la UE. Chirac fue el primer líder en proponerle incluso como ministro europeo de Exteriores cuando entre en vigor la Constitución, en teoría en 2007. "Javier Solana", declaró Chirac, "querría convertirse en ministro de Asuntos Exteriores. Su experiencia y competencia justifican ese deseo". Por eso, "sería legítimo" que Solana prorrogase su mandato como Alto Representante para la Política Exterior de la UE, pero "con la vocación de ser ministro europeo de Exteriores".
El nombre de Solana había sido mencionado también para sustituir a Prodi. Sin embargo, el Gobierno español "no tiene candidato", como insistieron fuentes oficiales, porque apuesta por un doble cargo: Solana como Alto Representante y futuro ministro de Exteriores y Joaquín Almunia como vicepresidente de la Comisión. Si la Constitución no llega a ratificarse a lo largo de toda la legislatura próxima (2004-2009), algo probable, España se garantiza esos dos puestos. Si Solana fuera presidente, Almunia tendría que dejar su puesto de comisario. Lo mismo ocurrirá si finalmente Solana es ministro europeo de Exteriores, pero dentro de varios años.
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