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Columna
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Santa Rita, Rita, Rita

Esta semana el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, ha convocado una rueda de prensa para hacer balance de su primer año al frente del Ayuntamiento de Almería. Si no fuera por estas comparecencias públicas se nos olvidaría quién es el alcalde de la ciudad. Tú lo oyes hablar y parece que manda. Pero los que vivimos aquí sabemos que quien corta el bacalao es Juan Megino, nuestro astuto y ambicioso urólogo, ese hombre que en los ratos libres nos regala su tiempo trabajando como concejal de Urbanismo.

La situación creada por las ansias de poder del sujeto en cuestión es tan absurda que será él, un simple concejal de Urbanismo, y no el alcalde de la ciudad, el que represente a Almería en los Juegos Olímpicos de Grecia, adonde debe viajar un selecto grupo de organizadores para anunciar que aquí, en Almería, vamos a celebrar el año que viene los esperados Juegos Mediterráneos. Cuando hace un año el PP se vio obligado a negociar con el escindido partido de Megino (GIAL: de este partido dan grima hasta las siglas), el habilidoso urólogo se llevó el gato al agua y se hizo nombrar presidente del Comité Organizador de los Juegos Mediterráneos (Cojma). Puso mucho empeño en eso, demasiado a nuestro juicio; como si ya se hubiera encargado el traje para la ceremonia y le diera mal rollo no estrenarlo, como si más allá de querer poner un poco de orden en el desastre urbanístico de esta pobre ciudad Megino estuviera más interesado en cortar con las tijeritas la cinta de la inauguración.

Para satisfacer el caprichito hubo que modificar la ley, que daba al alcalde de la ciudad la presidencia del Cojma, como ocurrió en Barcelona, como sucede en todas partes. Pero la gente como Megino, que siempre tiene la ley en la boca, otorga en realidad muy poco valor a las leyes: para ellos son restricciones útiles hasta que sus intereses se ven afectados por ellas. Entonces las cambian. Ahora resulta que a Grecia sólo pueden ir el presidente del comité organizador y algunos vicepresidentes, entre los cuales tampoco está el pobre alcalde. Conscientes de lo ridículo que es poner al frente de la representación de la ciudad que organiza los Juegos Mediterráneos a un concejalillo de urbanismo, esta gente del Ayuntamiento está pensando en cambiar de nuevo las leyes para que en el avión que los llevará a las Olimpiadas pueda viajar el alcalde en calidad de vicepresidente de algo.

Con una dosis de mala leche que le agradecemos mucho, el portavoz municipal socialista y secretario general del PSOE de Almería, Martín Soler, le ha dicho al alcalde que si quiere echar a Megino de un sillón que en realidad no le corresponde y presidir el Cojma, que es lo que merece la ciudad, los socialistas están dispuestos a entregarle sus votos. A Megino le ha entrado el tembleque (¿qué hace ahora con el traje?) y ha dicho que santa Rita, Rita, Rita lo que se da no se quita, y que no es serio cambiar a estas alturas de presidente. Rodríguez Comendador ha declinado la oferta: seguro que en el Ayuntamiento le encuentran otro título que añadir a su larga lista de cargos y puede sentarse pronto a la derecha del urólogo.

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