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Columna
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UEFA chic

No me cabe la menor duda: Darío Urzay es un iconoclasta. Su nuevo diseño para la camiseta que el Athletic lucirá en la Copa de la UEFA es rompedor, y esperemos que pulverice las defensas contrarias, o, al menos, su sentido del gusto. Las camisetas nuevas forman parte de una auténtica estrategia de guerra psicológica destinada a destrozar los nervios del contrario. En efecto, Urzay tiene toda la razón del mundo: ¿cómo lanzar una falta ante una barrera de ésta guisa, sin caer en un delirio metafísico que altere todos los cálculos y desvíe los balones?

Es cierto que había otras posibilidades: estaban Pertegaz, Sibyla, Miriam Ocariz, David Delfín, Félix Daniel, Ion Fiz, el colectivo Desastra, y muchos otros que podrían haber reinterpretado la vieja camiseta del Athletic con el objetivo de ganar la copa. Pero si de lo que se trata es de aterrorizar al contrario, también se le podría haber encargado el trabajo a la inefable Ágata Ruiz de la Prada, que habría sabido como nadie quebrantar la moral de los jugadores (de los contrarios, se supone, porque los nuestros dispondrían de atención psicológica en el banquillo). En ése sentido, hay que darle un voto de confianza a Dario Urzay: su atrevido diseño puede servir para que el rival tenga una crisis, y, gracias a un golpe de efecto -entre la física cuántica, el test de Rochars y el esoterismo-, ganemos el partido.

En estos momentos, el Athletic es el único club de la Liga que diseña y encarga por su cuenta la fabricación de todos los productos de su marca. Es encomiable su empeño por mantener al equipo en la avant-garde de la moda deportiva, sistema idóneo para crear nuevo merchandising y provocar cierta polémica que deriva en publicidad. En éste caso concreto, el pintor Darío Urzay es más famoso que nunca, y, curiosamente, su pintura no ha tenido nada que ver en el asunto. Quizás, dentro de poco, otros artistas menos populares, como el quinto descendiente en la línea sucesoria de los maestros Palmero, alcancen el apogeo de su fama gracias a su particular contribución al fútbol. Diríamos que, al conocido dicho: "La vida supera al arte" hay que contraponer un nuevo aforismo: "El fútbol supera a la vida".

A mí lo que me habría gustado es ver a Etxebe llevando una preciosa camiseta de cuello vuelto en pata de gallo rojiblanca, y unos atractivos shorts negros de tafetán a juego con medias a topos, pero no ha podido ser.

Lo dejaremos para otra ocasión. Mientras tanto sólo queda esperar a que empiece la Copa de la UEFA, encogerse de hombros, y encomendarse al arte.

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