¡Que no te pase nada!
Jueves 10 de junio, 11.30, centro de Madrid: una vecina de 86 años sufre un desmayo, se cae al suelo y se golpea la cabeza, se queda inconsciente. Su hija y yo intentamos reanimarla con nuestros precarios conocimientos en medicina, mientras otra vecina llama al 112 para que el Samur envíe una ambulancia urgentemente, informándonos de que ya está en camino.
Por fin y tras cuatro llamadas más al 112 reiterando nuestra petición y en una de ellas mi queja por la tardanza, a la cual me responden que ya se pondría en contacto conmigo la responsable del servicio, contacto que tras cuatro días sigo esperando, una hora después llega la ambulancia.
Sábado 12 de junio, 1.30, llamo al 092 con la intención de poner una denuncia al bar de copas situado bajo mi vivienda por exceso de ruido producido por la música, no fue posible, tras 35 minutos de espera escuchando una voz grabada que me informaba de que todos los agentes se encontraban ocupados y que en breve sería atendido, desistí, pues llegué al convencimiento de que el 092 ya no existía.
¡Ojo¡, no contento con ello además te bloquean la línea telefónica por espacio aproximado de veinte minutos, no pudiendo llamar por ejemplo ni a los bomberos, ni a la Policía Nacional, ni al 112, ni a tu santa madre por si por lo menos necesitas que alguien te escuche en esos momentos de impotencia.
Sábado 12 de junio, 13.30: accedo al metro, línea 10, en Tribunal al andén con dirección Fuencarral, tras 10 minutos de espera la megafonía nos informa de que por avería la próxima circulación lo haría dentro de unos 15 minutos aproximadamente, como así fue finalmente. Señores responsables políticos del Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, servicios públicos como la Policía Municipal, el Samur y el Metro ofrecen un servicio miserable. Lo mejor que te puede ocurrir es que no te pase nada.
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