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Trabajo da dos semanas para corregir anomalías en la cárcel vieja malagueña

Comisiones Obreras denuncia una plaga de chinches y pulgas en la sección abierta

Juana Viúdez

Una plaga de chinches y pulgas y dos casos de tuberculosis. La Inspección Provincial de Trabajo ha atendido a las denuncias de Comisiones Obreras y ha dictado un requerimiento, el máximo nivel de sanción, contra Administraciones Públicas y concede a la dirección de la antigua cárcel de Málaga, dirigida desde la prisión de Alhaurín de la Torre, un plazo de dos semanas para solucionar las irregularidades.

Las denuncias del sindicato acerca de incumplimientos y riesgos en materia de seguridad y salud laboral en los escáneres de la cárcel vieja de Málaga han hecho que la Inspección Provincial de Trabajo pida a la dirección del centro penitenciario que solucione los problemas antes de finales de mes. La cárcel vieja, como la llaman en la ciudad, depende del Ministerio del Interior y hace las veces de centro de inserción social. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias la utiliza para que los presos cumplan penas en régimen de tercer grado y arrestos de fin de semana.

Trabajadores y reclusos aseguran que conviven con filtraciones de agua, desprendimientos de cascotes y malas condiciones de salubridad. En el sindicato cuentan que el estado de las instalaciones y el incumplimiento de la ley que vienen denunciando ha hecho que se abra expediente "a los funcionarios que han demandado a la dirección garantías para su salud y el cumplimiento de la legalidad vigente".

El requerimiento de la Inspección de Trabajo se une a otros anteriores, y a episodios concretos, que ponen de relieve la falta de prevención y seguridad con la que trabajan los empleados. "Dos casos de tuberculosis han afectado a trabajadores", según CC OO. "Tienen su origen en la falta de una evaluación de los riesgos biológicos, la carencia de un Plan de Prevención y una actitud de nulo interés por la seguridad y la salud de los funcionarios", aseguran. Denuncian que la dirección trata de eludir sus responsabilidades no reconociendo que los casos se han originado en la prisión y negándose a hacer un estudio de las cepas "que demostrarían la falta de fundamento de sus pretexto". "Los casos de tuberculosis son numerosos en las prisiones, también en la de Alhaurín de la Torre, con tasas 100 veces superiores al resto de la sociedad, es un riesgo contrastado científicamente", dicen.

A los incidentes a los que se enfrentan cada día añaden una plaga de chinches y pulgas que arrasa la Sección Abierta, y que afecta a la totalidad de las instalaciones y personas que la visitan. "Estos insectos, en un medio como el penitenciario, con importantes enfermedades infecto-contagiosas son una peligrosa arma contra la integridad y la salud de las personas", reclaman los representantes de los funcionarios. "Si hay consecuencias para las personas nos dirán que lo hemos pillado en la cola de algún centro comercial", justifican.

El cierre de la sección abierta y su recuperación para uso ciudadano se ha convertido en una vieja reivindicación social que sigue pendiente. El 27 de mayo evacuaron a un preso tras tres cuartos de hora de reanimación por una posible sobredosis, después de denunciar en reiteradas ocasiones que la droga entra sin dificultad ya que sólo hay dos funcionarios por la noche. "Los internos pueden meter lo que les plazca", dicen los funcionarios, "cachearlos a todos sin parar llevaría unas 21 horas". Recuerdan que otro interno falleció a causa de las drogas y que se condenó a uno de sus compañeros porque no logró salvarle la vida.

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El centro se dirige desde la Prisión Provincial de Alhaurín de la Torre, a 27 kilómetros de Málaga. Su director, Jorge Castejón, declaraba a este periódico en febrero pasado que las instalaciones se encuentran "en condiciones de habitabilidad, aunque no de confortabilidad". El Ayuntamiento de Málaga se niega a declararlo en estado de ruina.

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Sobre la firma

Juana Viúdez
Es redactora de la sección de España, donde realiza labores de redacción y edición. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS. Antes trabajó en el diario Málaga Hoy y en Cadena Ser. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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