_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El negro del sermón

Voté, y en ese momento dejé la reflexión y me sentí mejor. Volví a ser yo mismo, sin reflejar nada. No entendí bien la "reflexión" en los filósofos que consulté; si acaso, los griegos de la epojé, que quizá me recomendaría mi Emilio Lledó: la suspensión de juicio. ¡La imperturbabilidad interior! Me ayudó más la filosofía criolla de mi madre, que me decía el refrán cubano: "Saqué los pies fríos y la cabeza caliente, como el negro del sermón". No es racista, sino realista: el negro sabía al salir de la iglesia lo que los demás ocultaban: nada era cierto. Mi madre era la que decía: "¡Qué tontos sois los hombres de talento!". Me dije al alejarme de la urna: "Nunca más", como el cuervo de Poe. Los propósitos se hacen para poder justificarse al no cumplirlos: votaré mientras merodee el propio Aznar, que quizá quiera también "volver a ser" (esta frasecilla de un poema de Pemán, cuando advirtió que lo que había sido no valió, y se convirtió en el Séneca de sus últimos años de artículos).

Conviene repetir que Hitler fue Führer por elección popular. Claro que muchos de los que le votaron no sabían que el canalla sería un gran asesino, y menos que iba a provocar sangre, fuego y destrucción al imperio de mil años, no hizo reina sino ruina de la pobre patria. Aquí íbamos a ser tributarios del crimen de otros. Con respecto al tributo, la guerra no costó demasiado: sólo tres veces más que "el bodorrio", como dicen los aristócratas; uno leído pero antiguo me recuerda una frase de Varela, tan amado por Azaña: "Si el señorito apechuga con ella, habrá bodorrio". (¡Jo, qué gente!).

No creo que Aznar vuelva. Dedicó su tiempo a "colocar los libros" (Ana Botella), supongo que poco tiempo. Queda el "núcleo duro". No dudo de que si Esperanza Aguirre vuelve a presentarse, y lo hará, saldré de mi estado natural y votaré: en contra. No creo que Rajoy o Mayor Oreja regresen de su nada. Ellos sí fueron reflejo o reflexión: superficie plana que vuelve atrás la luz de su señor. (Moralistas que me dicen que votar en contra es una actitud negativa, y hay que ser positivo en la vida. Primero: todo voto es negativo, porque apoya a alguien contra todos los demás. Segundo: no hay razón para ser positivo mientras la vida sea negativa). (El Otro me dice: "Metafísico estáis. Es que no como". Cervantes sabía algo de esto: hizo que Babieca, caballo del Cid, hablara así con Rocinante). (Cuántas citas en tan pocas palabras: pedante estoy. O que aún no pienso por mí mismo).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_