Beckham: "Lo siento mucho"
El inglés considera que su error en el penalti les costó el partido mientras Zidane señala a Barthez como el héroe francés
Seguramente, los rotativos ingleses más sensacionalistas han hurgado en su particular diccionario para encontrar los más sonoros epítetos, todos ellos con Beckham como destinatario. La gran estrella publicitaria del fútbol mundial asumió ayer la responsabilidad de lanzar el penalti que podía haberle puesto el candado al partido y otorgarle el triunfo a Inglaterra. De haberlo trasnformado, un incontestable 2-0 habría subido al marcador para escarnio de Francia, del vigente campeón de Europa. Pero Beckham lanzó el penalti a media altura, a la derecha de Barthez, y éste, que fuera compañero suyo en el Manchester cuando ambos compartían éxitos, rechazó el balón. "Lo siento mucho, de verdad", balbució tras el encuentro. "No merecimos esto. Merecimos ganar porque jugamos muy bien. Si hubiera anotado el penalti habríamos ganado el partido. Asumo mi culpabilidad en la derrota", añadió el capitán inglés, que prefirió ver más mérito en la acción de Barthez que demérito suyo. "Leyó bien mis intenciones y hay que felicitarlo", comentó con amargura.
Beckham, que dio el pase del gol inglés, pudo haber salido como el héroe del partido. Pero ese papel se lo arrogó Zidane, compañero suyo en el Real Madrid. Anduvo el francés torpe todo el partido, con la creatividad que le ha hecho famoso tan dormida como en el último tramo de la temporada. Pero tranformó una falta al borde del área en el penúltimo suspiro, y en el último marcó de penalti. Pese al éxito, el francés prefirió seguir hablando en voz baja: "Fabien [Barthez] fue el que marcó la diferencia, no yo. Su acción en el penalti nos permitió seguir vivos y nos hizo pensar que todavía podíamos levantar el resultado", dijo Zidane, proclamado por la UEFA el mejor jugador del partido. Los goles tuvieron la culpa.
Al mismo discurso de Zidane se agarró Jacques Santini, su seleccionador, que comenzó enfatizando: "Espero que todo el mundo haya disfrutado del espectáculo. Ha sido un gran partido entre dos grandes equipos y al final el resultado nos ha sido favorable", dijo, para señalar a continuación a Barthez como el máximo responsable de la victoria: "El penalti que paró nos ayudó a recuperar la confianza". Su reflexión finalizó ensalzando las individualidades con las que cuenta, "que primaron ante el juego en equipo del rival".
No le gustó al sueco Sven Goran Eriksson que alguien le insinuara que había sido conservador. "Si este partido se volviese a jugar, jamás cambiaría mi táctica", subrayó convencido de todas sus decisiones. Se quejó de los dos errores cometidos por los suyos, el penalti fallado y la jugada que dio origen a la máxima pena que tranformó Zidane, y finalizó su alocución a los medios asegurando que el equipo se iba "con la cabeza alta" y que lo que quedaba por delante no eran sino "dos finales".
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