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Reportaje:Eurocopa 2004 | Los lamentos de un anfitrión contra las cuerdas

"Un país en lágrimas"

"Como se dice en Brasil, la selección portuguesa no tiene vicios. No bebe, no fuma y no juega", ironiza un articulista

"Como se dice en Brasil, esta selección no tiene vicios. No bebe, no fuma y no juega". Así empezaba ayer su artículo de opinión el escritor Francisco José Viegas en el Jornal de Notícias. Recurrió al humor para expresar la inmensa frustración que causó en todo Portugal la derrota (1-2) de su equipo ante el griego en el partido inaugural. "La idea de poner en juego a Ricardo y Rui Costa parece indelicada para los jugadores que estaban en mejores condiciones (Deco y Moreira, respectivamente, ya que no podía ser Vítor Baía, inexplicablemente no convocado)", añadió Viegas en una crítica muy extendida en el país en los últimos días. La que considera que el seleccionador, el brasileño Luiz Felipe Scolari, no alineó a sus mejores jugadores en el encuentro más importante.

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A esa conclusión parece haber llegado también el propio Scolari. Así que se auguran cambios en la formación para la próxima cita, el miércoles ante Rusia. Dos son los principales candidatos a perder la titularidad: Rui Costa y Simão. En su lugar entrarían Deco y Cristiano Ronaldo, aunque también tiene opciones Nuno Gomes, lo que supondría actuar con dos delanteros. Rui Costa, centrocampista del Milan, ha sido vapuleado por la prensa. "Gori, presidente del Fiorentina, dijo en su día que no cambiaba a Rui Costa por Baggio. Los tiempos cambian. Hoy lo cambiaría por cualquiera", dijo Público en su análisis de los jugadores. Tampoco Figo se libra. "En cuanto a Figo, tuvo algunas apariciones que disminuyeron un poco su presencia de pelmazo cada vez más inevitable", escribió Viegas. Otra andada le cayó al madridista en Récord, donde el arquitecto Tomás Taveira afirmó: "Se manifestó nuevamente contra la inclusión en la selección nacional de Deco [media punta brasileño nacionalizado portugués], lo que es manifiestamente xenófobo".

Doña Joana Madeira, la madre de Figo, lloró en la tarde del domingo la derrota de Portugal. "¡Qué tristeza!, ¡qué injusticia!", clamó tras ver el encuentro acompañada por un amigo de su hijo, Laurent Blanc, ex capitán de Francia, en su bar de Vilamoura, repleto de desilusionados aficionados. A miles de kilómetros, en la casa portuguesa de São Paulo, en Brasil, Luiz de Sousa, el padre de Deco, comentó: "Su entrada en la segunda parte volvió más ofensiva a la selección. La pena fue la completa ingenuidad en el penalti cometido por Cristiano Ronaldo".

Los jugadores portugueses comieron ayer con sus familiares, que les visitaron durante unas horas en su concentración de Lisboa. Se entrenaron a puerta cerrada y dispusieron de permiso para ir a votar en las elecciones europeas. "El fantasma de Corea está en el aire", admitió Nuno Gomes, en referencia al último Mundial, cuando el cuadro portugués fue eliminada a las primeras de cambio. "Estuvimos muy nerviosos. Nunca habíamos pensado en la posibilidad de perder", agregó mientras Simão protestó tímidamente por haber sido sustituido en el descanso: "Me extrañó que [Scolari] me cambiara".

Scolari salió bien librado de los ataques de la prensa. Seguramente porque volvió a recurrir a otro golpe de efecto psicológico para amortiguar los golpes. Fue cuando, al terminar el encuentro, se afanó en pedir disculpas. Todos los periódicos destacaron su "humildad" y su actitud sumisa. Claro que también hubo algunas críticas. "Después de tanto esfuerzo por lograr la simpatía de los portugueses, Scolari está a punto de echarlo todo a perder", dijo Público mientras Jornal de Notícias se preguntaba: "¿Y ahora qué, Scolari? Un año y medio de trabajo no bastó para preparar bien el partido inaugural".

Por su parte, la periodista Silvia Freches escribió un artículo titulado Fin del ciclo para tres resistentes, en Diário de Notícias, en el que habló de lo que parece el triste adiós de la generación que conquistó dos Mundiales juveniles en 1989 y 1991, simbolizada en Figo, Rui Costa y Couto. País futbolístico donde los haya, Freches explica cómo Portugal no dudó en atribuir a la generación de oro que dirigió Carlos Queiroz muchos momentos de gloria. Y sí que los han tenido algunos, pero solamente en sus clubes. Si Portugal llegara a la final, el 4 de julio, en el estadio Da Luz, la federación ha prometido invitar al campo a todos los que alumbraron esa generación de oro: Peixe, Jorge Costa, Paulo Torres, Capucho, Bizarro, Brassard, João Pinto, Rui Bento o los mismos Gil o Toni, a quienes su carrera apenas proporcionó unas breves sonrisas. Visto el triste juego de la seleçao ante Grecia, difícilmente acudirán todos juntos.

"Haya fe", tituló O Jogo en una portada con una foto de Cristiano Ronaldo llorando y mirando al cielo, implorando ayuda divina con las manos en posición de rezo. "Es preciso continuar apoyando a la selección", apuntó el mítico Eusébio. "Estoy triste, como la mayoría, por lo que pasó. Paciencia. Los jugadores deben levantar la cabeza y pensar en el próximo partido", agregó la leyenda del Benfica.

"Un país al borde de un ataque de nervios", resaltó Público en su portada. Y en su interior puso el dedo en la llaga: "Grecia dejó al país en lágrimas (...). Ninguna otra anfitriona había perdido en el partido inaugural. Y nunca los griegos habían ganado un encuentro en las fases finales".

Deco muestra su desolación tras la derrota de Portugal frente a Grecia.
Deco muestra su desolación tras la derrota de Portugal frente a Grecia.REUTERS
Un aficionado llora desconsolado.
Un aficionado llora desconsolado.REUTERS

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