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Insultos sobre la tumba del hombre asesinado en Burgos junto a su esposa y su hijo

La subdelegada del Gobierno pide tranquilidad a los vecinos de La Parte de Bureba

La subdelegada del Gobierno en Burgos, Berta Tricio, pidió ayer "tranquilidad" a los vecinos de La Parte de Bureba, donde fue enterrado el hombre asesinado a cuchilladas esta semana en Burgos junto a su esposa y su hijo de 12 años, y en cuyo cementerio han sido halladas pintadas insultantes contra las víctimas.

Pese a considerar "lógico" que haya cierto miedo entre los vecinos de esta pequeña localidad, Tricio dijo que "objetivamente no hay datos para pensar que nadie corra peligro, aunque como medida preventiva la Guardia Civil está pendiente de los vecinos". La subdelegada insistió en que las investigaciones siguen avanzando, "aunque despacio", y afirmó que se sigue trabajando en todas las líneas de investigación y "sería precipitado hablar de una concreta".

Aunque las investigaciones se están dirigiendo desde la comisaría de Burgos, en este momento se cuenta también con medios más especializados traídos de Madrid. Fuentes próximas a la investigación aseguraron que las pesquisas se centran de forma especial en el entorno próximo de las víctimas, ya que ni la puerta ni las ventanas del inmueble donde se produjo el crimen presentaban señales de violencia.

El cadáver del niño se hallaba en el pasillo, cerca de la puerta de la vivienda, mientras la madre se hallaba en el dormitorio y el padre, que presentaba mayor número de puñaladas y más ensañamiento, estaba tendido en la cocina.

La falta de daños en el acceso a la vivienda hace pensar que alguien abrió voluntariamente la puerta; la comprobación de que las heridas fueron producidas por una sola arma que no ha aparecido, así como el hecho de que el padre fuera el primero en morir en la cocina del inmueble dan pie a los investigadores para pensar que se franqueó el acceso a la vivienda a alguien de confianza.

El funeral se ofició en Burgos, pero los cuerpos fueron enterrados por separado. El cabeza de familia, Salvador Crisanto Barrio, recibió sepultura en La Parte de Bureba, localidad del norte de Burgos en la que tenía varios negocios como agricultor. Su esposa, Julia Dos Santos, y Álvaro, el hijo menor -el mayor, de 16 años, está interno en un colegio-, fueron enterrados en el cementerio de Verín (Ourense), de donde era natural la mujer y donde el matrimonio tenía una casa de campo.

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